Capítulo 8

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Emily no decía nada, se había quedado pensando mientras miraba a la nada. Lo sabía, era una historia fuerte, y fué la primera persona a la que se la conté, debía darle tiempo para que pudiera procesarlo. Aún así creía que no iba a servir de nada habérselo contado.

Acabé mi cigarrillo y lo apague en un plato que se encontraba en la mesa del living. Mi compañera salió de su trance y se llevó una mano a la cabeza.

—Vanessa, como lo siento —me miraba con lastima—, yo... Me alegro de que hayas escapado de todo eso.

Al parecer no sabía qué carajos decirme, era obvio.

—Esta bien Emily.

Hubo una larga pausa hasta que Emily habló.

—¿Que piensas hacer?
—No sé, sólo quiero ver a mi abuelo —. Inmediatamente se me ocurrió llamar a casa, a esta hora mi tío no solía contestar el teléfono— debo llamar.

Corrí rápidamente hasta el teléfono y marqué el número de mi casa. Mis nervios empezaron a aparecer cuando escuché el primer beep. Sonó unas cuatro veces más hasta que alguien contestó.

—¿Hola? —yo no reaccionaba— ¿Hay alguien ahí? —la voz insistía.
—Mamá.
—Vanessa... ¿Eres tú?
—Quiero saber sobre mi abu...

Ella comenzó a gritar.

—¡Ahora llamas! ¡Después de que estuvimos dos putas semanas buscándote como locos! ¡¿Dónde mierda estás!?

Ella estaba histérica y eso me volvía loca, no podía retener las lágrimas.

—¡Sólo dime si mi abuelo está bien! —dije gritando entre sollozos.
—Él murió.

Sentí que iba a desvanecerme. El mundo entero se me vino abajo, todo lo bueno que creí que existía en el mundo, había desaparecido. Mi mente estaba en otra dimensión.

—¿Estás ahí? —habló mi madre luego de unos segundos. Me tomé un tiempo para responder.
—Cuándo.
—Ayer, como a las ocho de la tarde. Estaba internado hace dos días —me respondía tan fríamente que me hacía pensar que no le interesaba en lo más mínimo, parecía que se había sacado un peso de encima, cosa que me efurecía.
—¿Que fué lo que pasó?
—Unas horas antes de llevarlo al hospital sufría de dolores en el pecho. Luego en el hospital dijeron que estaba sufriendo un infarto... —largué un sollozo y eso hizo que ella pausara un momento— ...Y eso significaba que era muy probable que no sobreviviera. Con el cáncer absorbiendo su cuerpo, lleno de metástasis, era imposible que pasara la noche. Desde ese momento tu tío intentó buscarte con la policía.

Mis lágrimas caían de mis ojos como cascada. Sentí que mi corazón iba a explotar en cualquier momento, el dolor que experimentaba en el pecho no se igualaba con nada en el mundo.

De tanta ira que tenía, corté el teléfono de un golpe y me arrastré hasta el suelo lentamente mientras lloraba y gritaba. Emily se acercó y se sentó a mi lado, luego me acarició la espalda y me sostuvo entre sus brazos. Yo necesitaba a alguien que me apoyara de esa forma, y ella supo hacerlo. Me abrazó con todas sus fuerzas y lloró conmigo, me sentía acompañada y hacía que el dolor fuera un poco más tolerable. Esa noche Emily no me dejó sola, hasta me ofreció que durmiera en su cuarto.

Mientras trataba de dormir con Emily a mi lado, no paraba de dar vueltas, obviamente no iba a lograr dormir, así que me levanté y encendí un cigarrillo en la ventana. Estaba apoyada en el marco mientras miraba al cielo. Las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos delineados, manchándome la cara con la tinta negra.

Me sentía arrepentida, pensé que nunca debí haberme ido de casa, que no debí haberlo dejado sólo. La persona más importante de mi vida ya no estaba y nunca más lo volvería a ver. Recordé que la última vez que lo ví fue el día anterior a la noche en la que me fuí; eran las diez de la noche, a esa hora mi abuelo siempre salía a tomar aire al porche de la casa luego de cenar y yo como siempre lo acompañaba mientras fumaba un cigarro...

When I Look Into Your Eyes [Axl Rose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora