𝕰𝖓𝖑𝖆𝖟𝖆𝖉𝖔𝖘 𝖍𝖆𝖘𝖙𝖆 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊 --(Tsukasa Yugi)

17 -|no puedes escapar|

(Tsukasa)

Tanto sus mejillas como sus labios eran suaves, ese beso había sido perfecto, además había sido mi... primer beso, mis mejillas se volvieron rojas, lo sabia porque mi cara estaba caliente, era un pervertido, pensar esas cosas de ____... Ya abrazarla de esa manera había sido mucho para mi, era muy diferente a como trataba con ella normalmente, solo no podía contenerme, quería volver a besarla, muchas veces pero no me atrevía.

- tsukasa... -miré su perfecto sonrojo soltando una sonrisa sin querer. - me gustas...

Espera... Mi cerebro se quedó en blanco por unos segundos, ¿le gustaba?...

- ¿te gusto? -pregunté sorprendido por lo anterior.

- si... Hace un tiempo ya que me gustas. - sus facciones parecían afligidas, me sentí muy mal, no merecía que pusiera esa linda cara para mi, no luego de hacer todo esto, de engañarla así.

Suspiré molesto, ella merecía otra cosa, a pesar de que sintiera lo mismo por ella.

- escucha, me agradas mucho, eres muy linda y no dudo que podrías gustarle a cualquiera pero yo... -no pude terminar ya que sentí como sollozó, miré algo asombrado, se había encogido de hombro y parecía aguantar las lagrimas.

La había cagado, y muy mal, miré angustiado como intentaba calmarse respirando profundo y dando un suspiro.

- lo siento, es ridículo, pensé que como me habías besado... Solo... Me había ilusionado tanto. -miró al costado.

Sabia que luego de esto, ella no volvería a hablarme... pero no quería dañarla más que esto, ella era especial para mi y sabia que no valía la pena alguien como yo, no valía la pena seguir molestando amane tampoco, hace tiempo que no lo hago por eso, que no hablo con ella para molestar a a amane, solo no quería hacerle daño, yo era una bomba de tiempo respecto al amor, prefería que ella se mantuviera alejada de mi.

- ¿porque me besaste? -preguntó sacándome de ese pozo donde me había metido.

- ¿he?

- siempre eres un bruto y actúas impulsivamente, pero sé que no podrías hacer esto sin algún motivo. - era...  malditamente impresionante.

Entendía porque me gustaba tanto, infería las cosas demasiado rápido como para inventarme escusas.

- y-yo... Solo quería hacerlo... Saber si los besos sabían a limón. -inventé recordando un programa de televisión.

- ¿y saben a eso? - preguntó molesta, evidentemente molesta.

- si...

Mi cuerpo tembló cuando ella me miró llena de rabia, dio media vuelta y se dirigió a la salida.

Vi todo en cámara lenta, sus pasos alejarse, y cuando abrió la puerta para irse, no sabia si ir por ella, no sabia si podría mirarme de nuevo a la cara o yo a ella, me desesperaba, ver eso me desesperaba, sentía que mi garganta quemaba, mi pecho dolía al saber que no volvería a hablarme por esto, ¿porque debía ser tan débil?, apreté los puños, no quería interponerme en su felicidad, nunca debería haberle hablado ese día en el tren, nunca debí...

... No debí intentar utilizarla para molestar a amane.

¿y ahora?, mi pecho dolía y apreté mis puños.