Kim Seokjin es un chico que ama con su vida el color rosa, las cosas tiernas y delicadas, es más vanidoso que nadie y siempre prefiere las cosas bonitas y brillantes.
Defecto: Jin odia todo lo que tiene que ver con tatuajes. Odia a los tatuadores...
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Las horas se hacían más largas y tediosas a medida que el joven de cabello rosado miraba el reloj cada cinco minutos en su celular, el taller de dibujo no daba descanso, pues no era la materia que más le gustara en ese momento. Miraba a su mejor amigo disfrutar de cada pincelada que daba, mientras el profesor lo elogiaba muy gustoso por su trabajo.
— SeokJin — Llamó mientras caminaba hacia él — Puedo notar que su hoja aún sigue en blanco — Dijo anotando con lapicera sobre su libreta.
— No se me viene nada a la mente — Dijo molesto por como ya lo había anotado.
— Bueno pero recuerda que la clase que viene es la última para que dibujen un retrato — Advirtió mientras los demás alumnos se levantaban a causa del timbre.
Al salir de la clase Jungkook caminó hasta el más alto y con una sonrisa lo observó.
— ¿Qué tienes? — Preguntó al ver lo desconforme que estaba.
— Odio esa clase, no soy nada bueno dibujando y no se que hacer para la clase que viene — Dijo frustrado mientras se detenía frente a la máquina de refrescos.
— En ese caso después de las clases de la universidad puedo ir a tu casa y vemos algunas fotos para que decidas mejor — Agregó el joven al ver que le daba un refresco.
— Esta bien, pero recuerda taparlos — Agregó mirando al chico.
— Descuida Jin, no verás una sola tinta — Dijo siguiéndolo.
— Más te vale — Advirtió.
Hacía una semana que su mejor amigo había ido hasta su casa para mostrarle unos cuantos tatuajes que se había hecho sin decir nada para impresionarlo, provocando que al mostrárselos, no le cayera nada bien la noticia.
Jin odiaba esas cosas, no le parecía lo correcto y tampoco se sentía cómodo con las personas que llevaban esa tinta seca marcada sobre su piel, sobre sus poros. Pero al final Jungkook era su mejor amigo y tampoco cortaría su amistad por algo así, más bien lo aceptaría hasta que pudiera acostumbrarse.
El día había transcurrido y al salir de la universidad caminaron juntos hasta la casa del pelirosa, pues como habían acordado trabajarían en la materia de arte.
— ¿Puedo tomar algo del refrigerador? — Preguntó el pelinegro viendo una nota sobre este.
— Sí, toma lo que quieras — respondió mientras buscaba el control remoto.
"Seokjin, tus queridos padres no volverán hasta dentro de una semana, por favor cuídate"
— ¿Y esto? — Preguntó sentándose a su lado en el sofá.
— Ya sabes, a mi madre y mi padre les gusta tomarse su tiempo y alejarse de mi, así tienen más privacidad — Agregó sin importarle mucho.
