Kim Seokjin es un chico que ama con su vida el color rosa, las cosas tiernas y delicadas, es más vanidoso que nadie y siempre prefiere las cosas bonitas y brillantes.
Defecto: Jin odia todo lo que tiene que ver con tatuajes. Odia a los tatuadores...
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Al separar sus labios el pelirosa quedó mudo y vio la ligera sonrisa que se le dibujo al moreno, quién volvió a acercarse, pero esta vez Jin retrocedió.
—Lo siento — dijo sabiendo que no había soltado su cintura.
— Entiendo, ¿Estás nervioso? — preguntó agarrando su brazo para que no retrocediera más.
— N-no es eso... yo — dijo hasta que fue interrumpido por la campana que sonaba desde adentro.
El mayor supo entonces que debía volver, lo soltó observando al chico aún quedándose en su lugar.
— Te veré cuando salgas — aseguró dándole la espalda.
El pelirosa no dijo más nada y decidió alejarse a paso rápido, su corazón estaba acelerado, sentía que se saldría de su pecho en cualquier momento, el día estaba pasando demasiado rápido con acontecimientos que nunca imaginó y ahora que sabía que el moreno estaba interesado en él, no pensaba como continuarían o si llegaría demasiado lejos, o si estaba jugando con él.
Las preguntas comenzaron a caer como una cascada, sus manos transpiraban y estaba nervioso sabiendo que NamJoon seguiría estando allá afuera esperándolo, ¿Qué pretendía una vez que se vieran fuera de la universidad? No quería pensar que era un casanova, de esos que solo se aprovechaban del momento y terminaran teniendo sexo.
Claro que no, su corazón se aceleró aún más por tener esa idea que no deseaba que fuera cierta, a él le gustaba NamJoon, quería conocerlo y sería aún más posible si no fuera por el problema a sus tatuajes.
—¡Jin! — llamó Ken de repente acercándose a paso rápido.
El joven se dio vuelta caminando lento al haberlo sacado de sus pensamientos, ahora se sentía incómodo ante su presencia, al final ese joven gustaba de él y eso lo ponía mal por no poder corresponder.
—¿Está todo bien? Me dio un poco de miedo dejarte solo con ese hombre extraño —dijo al ver que se detenía en medio del corredor.
—No es un hombre extraño — respondió sin levantar la mirada.
Su amigo no entendía porque se había puesto así, intentó acercarse pero el pelirosa retrocedió un paso.
— ¿Dije algo que te ofendió? — preguntó con incertidumbre.
— El hecho de que me dijeras que te ibas y te quedaste detrás del árbol, Ken — pausó observando fijo al chico — Su nombre es NamJoon y me gusta — soltó.
—¿Por qué haces esto Jin? Antes de que apareciera él estábamos bien, compañeros de estudio, salidas juntos ¿No ves lo que hace? —preguntó molesto.
El pelirosa sabía que no era por eso exactamente, estaba al tanto de que había lastimado su frágil corazón y por eso no tenía más remedio que tomar una decisión difícil.
