Kim Seokjin es un chico que ama con su vida el color rosa, las cosas tiernas y delicadas, es más vanidoso que nadie y siempre prefiere las cosas bonitas y brillantes.
Defecto: Jin odia todo lo que tiene que ver con tatuajes. Odia a los tatuadores...
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La lluvia comenzaba a intensificarse conforme avanzaba la tormenta, parecía un mal chiste haber preparado tanto por el festival del pueblo para que en pocas horas se arruinara, aunque la gente había abandonado los puestos de exhibición; los lugares como bares y restaurantes mantenían sus puertas abiertas para que la gente de la ciudad y extranjeros pudieran seguir disfrutando.
Las salpicaduras de barro llegaban hasta los tobillos de ambos chicos que corrían tomados de la mano hasta llegar al auto, pasaban por entre medio de los puestos y las luces se interrumpían de vez en cuando debido al agua, más las risas de ambos por sentir la pequeña adrenalina en sus corazones se dejaba escuchar bajo las gotas de agua.
Al llegar al auto ambos intentaban pausar sus respiraciones, estaban empapados y por supuesto que Jimin estaba más nervioso y tensionado que en otras ocasiones, ahora que sabía con claridad lo que sentía se ponía vergonzoso al mirar a Yoongi.
—Eso fue muy divertido —rió el mayor poniendo su mano sobre su muslo sintiendo el nerviosismo del joven en un pequeño temblor —Vayamos a un lugar para secarnos, ¿Te parece bien? —preguntó mirando su perfil.
—Fue muy divertido Yoongi... —musitó habiendo entrelazado sus manos sobre sus piernas —Me parece bien... —respondió sin poder mirar al mayor.
El más pálido sonrió sabiendo lo que pasaba en el menor, por lo que tomó sus manos sintiendo el frió y la humedad en ellas, para luego clavar su mirada en los labios rosa pálido y después en sus ojos brillantes a causa de la humedad de sus lágrimas que aún no salían de sus ojos.
El pelirrojo supo de inmediato que el mayor iba a volver a abrir su boca para hablar, pero lo cierto era que nada de lo dijera en ese momento haría calmar las palpitaciones en su pecho, no habían palabras suficientes para hacer que sus sensaciones y sentimientos se alejaran cuando podía tener a Yoongi tan cerca.
—Jimin..
—Shh... por favor no digas nada a partir de ahora —pidió cruzándose a su regazo —Quiero que me toques Yoongi~ —susurró habiendo apoyado sus manos a cada lado de sus hombros y su cola se situaba sobre sus muslos.
—¿No estás apretado? —preguntó llevando sus manos a su cintura al sentir el volante en su espalda.
—Estoy muy apretado aquí...~ —susurró bajando sus manos por su pecho abriéndose paso entre la tela de su camisa.
Los dedos fríos del menor hicieron estremecer a Yoongi al ser rosados por su piel y parte de sus pezones, para luego apretar su cintura y liberar un suspiro al sentir la mano del pelirrojo abrir su cremallera y meterla en su interior.
—Salgamos de aquí Jimin —pidió llevando sus manos hasta su rostro.
En ese momento sus labios se unieron deleitándose con la lengua del otro, mientras sus respiraciones se elevaban y el calor en sus cuerpos aumentaba aunque algunas partes de sus cuerpos aún se mantuvieran frías por la humedad de sus ropas.
