Kim Seokjin es un chico que ama con su vida el color rosa, las cosas tiernas y delicadas, es más vanidoso que nadie y siempre prefiere las cosas bonitas y brillantes.
Defecto: Jin odia todo lo que tiene que ver con tatuajes. Odia a los tatuadores...
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Al salir del baño, después de haberse mojado la cara y haber respirado cinco veces, observó al mayor estar un poco molesto con su celular en la mano, parecía que tenía algún problema y tal vez el no quería ser uno más, por lo que la idea de querer estar más cerca de él se desplomó en un suspiro.
—¿Estás bien? —Preguntó el pelinegro volviendo a sentarse.
—Sí, mucho papeleo para el trabajo —Rió guardando el celular en su bolsillo.
—¿Ser profesor en la universidad es complicado? —Preguntó continuando por terminar de comer su hamburguesa.
—Algo así —Agregó volviendo a ver como el joven comía a gusto.
—¿Por qué no ordenó comida? —Preguntó limpiándose con la servilleta.
—No tengo hambre —Respondió.
En ese momento ambos se sintieron incómodos y antes de que JungKook pudiera decir algo, notó como los ojos del castaño se abrieron como platos, incorporándose sobre su asiento y siguiendo con la mirada a alguien que se acercaba a espaldas del joven.
—Al fin puedo verte —Dijo la rubia molesta parándose en frente de la mesa.
—¿Cómo sabías que estaba aquí? —Preguntó nervioso.
—Vamos Taehyung, me trajiste a este lugar muchas veces desde que salíamos, es tu lugar de citas —Remarcó al ver al joven que estaba sentado —¿Tú no eres el chico del otro día? —Preguntó al recordar cuando vio a su prometido con los jóvenes en el lugar de patinaje.
—Sí, pero ya me iba —Aclaró su garganta mientras buscaba su celular en el bolsillo de su pantalón.
—Él es JungKook, es mi alumno en la universidad —Agregó al ver lo nervioso que se había puesto.
—No me interesa, debes saber porque estoy molesta y no te moverás de aquí —Señaló mientras se cruzaba de brazos.
—De acuerdo, pero deja que me despida de JungKook —Pidió al ver la expresión de ella en su rostro.
Al levantarse de la mesa JungKook se quedó enfrentado a la mujer, quién no perdió la oportunidad de pensar que era un chico guapo, sin embargo en el afán de hacer que Taehyung quedara mal frente a su alumno no hizo más que abrir la boca sin filtro alguno.
—Estoy embarazada.
La piel del castaño se heló, sintió como su mundo se derrumbaba en cuestión de segundos, no pudo evitar notar el desconcierto del pelinegro, pero lo que más le llamó la atención fueron sus ojos que se humedecieron al instante y sin decir más nada se marchó sin mirar atrás.
JungKook caminaba con prisa por la calle, tapaba su rostro con la capucha mientras sentía como su pecho se comprimía al haber escuchado esas palabras, estaba molesto. ¿Qué quería lograr si la situación avanzaba? Estaba claro que tenía un compromiso y que tenía una vida, él sólo sería algo pasajero cuando mucho, sin embargo no podía evitar sentirse ridículamente mal por haberse dejado llevar por los latidos de su corazón.
