Kim Seokjin es un chico que ama con su vida el color rosa, las cosas tiernas y delicadas, es más vanidoso que nadie y siempre prefiere las cosas bonitas y brillantes.
Defecto: Jin odia todo lo que tiene que ver con tatuajes. Odia a los tatuadores...
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Las manos de Jimin se apoyaron en el mostrador de la entrada, bajó su cabeza mirando el suelo y trató de respirar hondo, ¿Por qué había empujado de esa manera a NamJoon? Hasta hacía unos minutos había disfrutado de ese beso, pero ese chico llegó de la nada y lo tomó por sorpresa, no lo conocía, no tenía idea si era de la zona pero no dejaba de pensar en lo bien que se veía.
—¿Vas a quedarte ahí o me atenderás? —Preguntó poniéndose en frente del joven.
Jimin retrocedió sintiendo que ocupaba su espacio personal, haciendo que lo observara sin pronunciar palabra y luego se mordió sus labios intentado regresar a su trabajo, pero definitivamente el peligris tenía algo que lo distraía.
—¿Te comió la lengua el gato? —Preguntó confundido.
—¡Tú te pareces a uno! —Exclamó tapando con su mano su boca por lo que acababa de decir.
El peligris levantó una ceja y suspiró pensando que tal vez había ido al lugar equivocado, no se veía tan serio como se esperaba.
—Si me parezco a uno, pero yo no fui quién te comió la lengua —Señaló el pasillo a su espalda.
Jimin sintió las mejillas enrojecer, este chico no tenía pelos en la lengua para decir las cosas, parecía ser muy honesto con lo que decía, le molestaba pero le agradaba al mismo tiempo.
—Programaré una cita con NamJoon si deseas hacerte un tatuaje —Habló sacando una libreta.
—No quiero un tatuaje, quiero una perforación —Señaló mirando los aros a través del vidrio.
—En ese caso... Puedo hacerlo ahora —Dijo cerrando la libreta y guardándola bajo el mostrador.
En ese momento la puerta de entrada se abrió con violencia dejando ver a Taehyung, quién buscaba con la mirada a su hermano.
—¿Está aquí? —Preguntó señalando al fondo, al ver que Jimin asentía —¿Está trabajado? —Preguntó.
El joven negó con su cabeza, para verlo dirigirse por el pasillo con rapidez, se notaba agitado y molesto, para ser el hermano mayor parecía que acudir a NamJoon siempre era una opción, o al menos así lo pensaba Jimin, ya que conocía a los hermanos Kim desde temprana edad.
—Entonces... ¿Dónde lo quieres? —Preguntó al ver la sonrisa ladina que hacía con sus labios.
Estaba mal, por su cabeza no dejaban de venir pensamientos extraños subidos de tono, desde que lo vio parado en la puerta del estudio del moreno, ¿Y porqué cada cosa que preguntaba o decía parecía una insinuación a algo?
—Basta Jimin, la vida no es coger nada más —Pensó sintiéndose avergonzado.
—¿Crees que se vería bien aquí? —Preguntó tocando su oreja mientras intentaba verse en el pequeño espejo que tenía el mostrador.
