🍎14🍎(¨*•.¸𝘗𝘰𝘤𝘰 𝘢 𝘱𝘰𝘤𝘰¸.•*¨)

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Eran las nueve de la noche, la tarde había transcurrido un poco agitada para el pelirrojo, quién ahora se encontraba sentado en frente del mostrador, su mirada estaba perdida en algún punto del suelo del local, más pensaba en Yoongi

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Eran las nueve de la noche, la tarde había transcurrido un poco agitada para el pelirrojo, quién ahora se encontraba sentado en frente del mostrador, su mirada estaba perdida en algún punto del suelo del local, más pensaba en Yoongi. 

No se creía que aquel atractivo joven lo había hecho sentir mejor que el beso con NamJoon y el solo hecho de que le dijera que iba a volver lo estaban matando de la ansiedad. Volvería a ver a ese joven y tal vez lo harían de nuevo, a lo que sus mejillas se pusieron tan sonrojadas por recordar el momento. 

El nuevo frasco del arácnido era demasiado pequeño, por lo que se mantenía quieta y Jimin desvió sus ojos notando que apenas y movía sus patas.

—No me mires así, ¿Cómo querías que le dijera que no? —preguntó como si el insecto lo entendiera —Además no me olvido de que trataste de matarme —señaló con su dedo mientras cerraba apenas sus ojos en signo de amenaza. 

De pronto se empezó a reír al darse cuenta de lo estúpido que era hablando con un insecto y ante eso la puerta principal se abrió, dejando ver a la persona que menos ganas tenía de ver, porque se encontraba emocionalmente confundido.

—Hola Jimin, ¿Cómo estuvo tu día? —preguntó dejando una bolsa sobre el mostrador.

—Nam... Bien, demasiado tranquilo —respondió con nerviosismo en sus manos, al notar su ropa manchada de pintura y demasiado abrigado. 

—¿Qué pasó con Miguelita? —preguntó al ver el resto de vidrios en el bote de basura.

—¡Oh! Eso... Fue un tonto accidente, lo arrojé al suelo sin querer —musitó recordando el placentero accidente.

—¿Él estuvo contigo? —preguntó tomando el frasco.

—¿Por qué lo preguntas?

Ante su otra pregunta el mayor río levantando el frasco ante su vista, observaba a la pobre que no podía moverse y señaló con su dedo.

—Es bueno que no puedas hablar, de lo contrario me traumarías con lo que hayas visto —rió llevándose el frasco al fondo del pasillo.

Jimin había entendido a lo que se refería, estaba claro que el mayor ya se había dado cuenta, pero no diría nada, no quería ser obvio ante lo que había pasado.

—Estuvo un momento y luego se fue, creo que será un cliente permanente —agregó entrando al estudio del moreno, notando entonces el pañuelo negro en el suelo y aquella gota blanca sobre el cojín. 

—Ya veo, ¿Te dijo lo que se haría? —preguntó dándole la espalda al más bajo, quién se acercaba a paso rápido hacia el sofá.

—N-no... no lo sé —continuó nervioso agarrando el pañuelo entre sus manos y de inmediato sentándose en la clara evidencia, ya que el más alto se dio vuelta observando el extraño comportamiento del chico.

*•.Tatuando tu amor.•*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora