𝕏𝕃𝕀𝕍

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Al fin después de tanto tiempo, me permito publicar un borrador en el que me estanqué por meses. No tengo cara para disculparme por ser irresponsable con esta historia :((((

Como bien dije hace tiempo, UNSTOPPABLE finaliza en el capítulo XLIX (49). Los siguientes capítulos requieren bastante atención y que recordeis bien lo ocurrido anteriormente, espero no decepcionarlos, porque el rumbo que decidí darle me hace sentir satisfecha de lo que construí humildemente. 

Hola de nuevo :) Milán. 

Ya no había tiempo para retractarse. No podía cambiar de opinión. Hacía un esfuerzo sobrehumano por no mandar al diablo aquel resorte en sus muslos, incluso más molesto que las correas ausentes del uniforme militar. 

El vestuario de esa mañana fue el de siempre. Más cómodo y formal al que solían usar en una jornada normal de trabajo. Sin embargo, horas después de la coronación y a petición de la misma Historia, varios soldados tendrían la libertad de reunirse en uno de los tantos salones del castillo central para una pequeña celebración. Una donde los más cercanos a ella no tendrían la obligación de portar su uniforme. Podrían liberarse un poco de la jornada laboral. A excepción de ella.

—¿No te da verguenza presentarte así?

—Armin, que ahora sea reina no cambia su forma de ser. Ella no le presta atención a eso.—replicó Mikasa.

—Es sólo una pequeña reunión—los inmensos ojos verdes de Eren se fijaron en el arrugado entrecejo de la mayor que los acompañaba en la pequeña sala de espera. No se le veía nada contenta con el cuello alto y negro de su traje formal, aunque a su parecer, le otorgaba un aire de misterio y fiereza a sus rasgos felinos y a aquellos labios rojos que brillaban por la humedad. Se veía increiblemente elegante sin siquiera esforzarse o notarlo.

—Historia Reiss no cambiará de la noche a la mañana, pero eso no significa que sus labores y responsabilidades de ahora no la presionen a tener que encajar en ese precepto para el resto de mandatarios y hombres que siguen en el poder—agregó Armin debatiendose en si dejar el botón de su camisa beige apuntado hasta arriba o ligeramente abierto.

Liberi suspiró y se curzó de brazos en el asiento, la tensión en sus hombros no cedía ni mucho menos el cansancio se iba de su cuerpo. La falta de horas de descanso ya hacían efecto en sus musculos cansados.

La pelinegra se mantuvo en silencio por el resto de tiempo que siguieron esperando a los demás. Nunca dejo su postura ni hizo comentario alguno a todo lo que hablaban Armin, Eren y Mikasa.

—Liberi,—la única persona entre todos los reclutas recientes que la trataba con simpleza e informalidad, era la Ackerman. No le molestaba pero cada vez que era llamada de esa forma por ella, ambos jóvenes la observaban con sorpresa y expectativa.—¿podríamos adelantarnos?

—Sí, adelante—respondió con simpleza.

Ni Armin ni Eren preguntaron por el aura apagada que rodeaba a Liberi, así que en silencio se retiraron del lugar.

El tiempo a solas le sirvió para desencalambrar sus músculos y sobarse la cintura que aún le palpitaba del dolor intenso de esa misma madrugada. Las secuelas de su cuerpo no se desvanecian de la noche a la mañana cuando esas manos la marcaban, pero vaya se tratara de un hueso roto o una contución con un enorme hematoma y sí desaparecían. Desafortunadamente debía acostumbrarse a las aptitudes extrañas de su mismo sistema que con algo de suerte ya estaba comprendiendo. Con ese día tan movido, las tensiones entre los soldados antes de la coronación oficial y ahora lo que le seguía a ella entre todos, era justo que su mente y cuerpo estuvieran al punto del colpaso.

UNSTOPPABLE | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora