"Y te vi de pie junto a la baranda, con tez de nieve, con cabellos de ébano, con ojos de cielo, con mejillas de grana, con labios de fuego, con sonrisa perlada, con aura de ángel, con semblante de hada. Pero no me viste, ni me dijiste nada." Capítulo IV
La canción es preciosa, por favor escúchenla.
POV LIBERI
Seguir sus pasos confiando en él ciegamente, en que me llevaría a salvo de su mano. Muchos años de mi vida se vieron manchados de tristeza, ira, muerte y miseria. Aún así, su mano tomaba la mía con tal firmeza que yo olvidaba cada gota de sangre que escurría de mis dedos como si no hubiese tenido la culpa de nada. Como si sólo me hubiera visto obligada a vivir de esta manera.
Sus dedos apretaban los míos y su calor al otro lado de mi brazo me mantenía tranquila. Todos mis pensamientos se desvanecían con el viento que agitaba mi abrigo y se entrometía a erizarme la piel.
-Iremos en caballo-no hablé, sólo lo miré y asentí. Me sostuve de las riendas para subir con su ayuda, como si yo no tuviera ya la experiencia de años para subirme con agilidad al animal. Por alguna razón, ser sostenida por él como una mujer inexperta me generaba hormigueos internos que nunca había experimentado.
Sólo por esa noche él me trataba con una delicadeza única. Me sentía una simple mujer, y eso me hacía feliz efímeramente. Mi aliento cálido rozaba su cuello y mis brazos lo rodearon sin verguenza. No temí a nada. Me agarré firmemente de su calor y el aroma que me era tan familiar. Me traían recuerdos amargos, pero también otros muy felices que me aceleraban el corazón. No presté atención suficiente al paisaje que nos rodeaba, ni mucho menos pregunté de nuevo cual era nuestro destino.
Por el olor a pasto y a tierra, sabía que ya habíamos atravesado la ciudad central y ahora nos encontrabamos en el campo abierto.
-No te duermas-escuché de él, agitando las riendas con más firmeza para acelerar el paso y no dejarme la cabeza quieta en su hombro. Como respuesta, subí mis manos hasta la apertura de su traje y me atreví a tocar su cálida piel.
-No estaba durmiendo-susurré en su oído.
-Realmente pensé que tuviste suficiente la última vez-insinuó, claramente burlándose de mi. Con toda razón, porque no paré de quejarme toda la noche por el dolor hace unas horas. Perotan pronto me pasaba el dolor ya no me quejaba de volver a hacerlo. Era como si olvidara. Me gustaba ese dolor y no quería admitirlo.
Me reí.
-Sólo por hoy, trátame bien.
-Eso suena pretencioso-sonaba serio, pero para mi, esas palabras se las llevaba el viento. No sabía si hablaba serio, o si sus motivos eran otros. No tenía por que.
-Si eso es lo que crees-insinué, moviendo con descaro mis dedos por su pecho.-¿no eres rudo conmigo?
-Si te sientes incomoda o molesta por mi trato, te escucharé.
Reí ligeramente contra su cuello, juntando mis dedos para abrazar su cintura y pegarme más a su cuerpo. No me sentía mal. Eso pensé alargando los segundos en mi cabeza, segura con cada recuerdo que se repetía en mi cabeza con golpeteos en mi pecho y cosquillas en mi piel.
Abrí los ojos cuando disminuyó la velocidad, no llevaba el tiempo contado y tampoco tenía prisa de averiguar porque estabamos adentrandonos en un camino de piedra bien construido. La modesta casa que se asomó entre algunos árboles y arbustos, me hizo alzar la cabeza para detallar bien su infraestructura.
Rodeada de algunas vallas y con una decoración de diversas flores, el lugar resaltaba por su belleza natural.
-Que casa tan preciosa-solté cuando él me sostuvo de la cintura al bajar. Mi sonrisa no se borraba.-¿es de alguien?¿Acaso nos la prestó el comandante?
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UNSTOPPABLE | Levi Ackerman
Fanfiction[EN EDICIÓN] «Los soldados más fuertes de la humanidad: dos almas unidas dispuestas a luchar en la búsqueda de la libertad, son la esperanza de un mundo acorralado y destruido por los titanes.» Hasta los más fuertes tienen debilidades y tropiezos. E...