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4 años más tarde.

—¡Joder!¡Quítense de en medio!—Liberi vociferaba con la voz más alta que su garganta le permitía emitir. Todos escucharon a la mayor y abrieron paso con sus caballos, ella tan pronto tuvo el acceso, se propulsó con el escaso gas que le quedaba en los cilindros. Tumbó a los dos más grandes que habían en el camino, siendo el turno de emplear su segunda opción como recurso.

—¡Dirígete a las provisiones!—Mike le gritó, notando que ella ya no tenía más gas. Liberi hizo caso omiso hasta que acabó con los otros cuatro titanes que corrían hacia el centro.

Desfundó sus dos cuchillas rotas por la mitad y voló con la increíble velocidad que su poder le proporcionaba hasta el escuadrón de fuerzas especiales.

Allí cayó en su caballo de emergencia y con ayuda de Erd se abasteció de gas.

—¿Algún contra tiempo en el oeste?

—No capitán, los titanes están siendo aniquilados sin ninguna baja—fatigada le respondió.

—Bien.

Sumergida en su adrenalina y el palpitar rápido de su corazón le sostuvo la mirada al azabache hasta que este dejó de mirarla para seguir pendiente de su camino.

Los caballos galopaban a gran velocidad, cosa que les facilitó la llegada hasta el distrito al que se dirigían.

—Hasta que atravesemos la muralla sigue con el grupo del este—de pie en el lomo del animal y con un equilibrio impresionante, ella esperó la orden de él.—Quedas encargada de emboscar la puerta que estará atestada de esas mierdas.

—Si señor.

Dejó sus manos libres y con la energía escarlata se desvió hacia donde él le indicó.

Era la décima expedición que tenían desde la caída de la muralla, y extrañamente el este de la muralla María no tenía tanta presencia de titanes como el sur.

Su propósito era llegar al distrito más grande y aniquilar a todos los titanes que pudiesen. Normalmente esas expediciones eran suicidas, y gran parte de los soldados eran devorados, pero desde que Liberi experimentó un inesperado incremento en la capacidad de su poder, las bajas disminuyeron.

Sin embargo, presentar buenos resultados a los altos mandos sólo generó que cada vez los llevaran más lejos.

La Legión ahora no tenía como objetivo explorar las tierras desconocidas más allá de esas tres paredes, sino que eran los encargados de acabar con todos los titanes que invadieron la muralla de María.

Algo extremadamente difícil, dado que cada minuto los titanes se adentraban más y más.

Tan pronto como llegó al lado izquierdo y más alejado de la formación se encontró con un panorama muy desfavorable.

—¡Señora Liberi!—gritaron por ella, la llamada tragó saliva y se impulsó hacia el enorme titan que aun masticaba uno de sus compañeros. Le cortó las piernas y cuando ya estuvo en el suelo acabó con su nuca.

Los jóvenes se acercaron tan pronto como acabó para recoger los restos de los devorados.

Eso siempre le causaba una fea punzada en el corazón a la ojiazul, su pecho se oprimía y la impotencia la invadía.

Había comprendido en esos cuatro años que sus habilidades no eran infinitas, ella tenía un límite y eso le impedía proteger a todos los que ella se proponía.

Sintió evaporarse la sangre salpicada en su rostro y cuchillas, se cubrió con la capa y se giró hacia ellos.

—No se tarden, hay que seguir.

UNSTOPPABLE | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora