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Con un terrible dolor de cabeza y cuerpo, Liberi despertó después de varias horas. Se quejó tratando de sentarse en su lugar, pero una mano la detuvo. Abrió los ojos encontrándose con Levi.

—No lo hagas, aún estás muy lastimada.—le dijo en voz baja, ella suspiró y obedeció. El azabache tomó otra almohada y la colocó en su cabeza para que estuviese más cómoda al mirarlo.—¿Cómo te sientes?

—Adolorida, un poco.—realmente estaba muy adolorida, pero decidió ser menos dramática y mostrarle una sonrisa. Recibió una caricia en su mejilla a cambio.—¿Cuánto tiempo llevo así?

—Algunas horas,—miró a su alrededor, y cayó en cuenta de que ya era de noche, muy seguramente madrugada.

Supuso que él no podía dormir. Un sentimiento cálido le inundó el pecho, era muy reconfortante saber que empleó ese tiempo para quedarse con ella. Se sonrojó.

—Se me hizo costumbre accidentarme,—masculló, sacando con dificultad una de sus piernas para mirarse el tobillo vendado.—Vaya, ¿sólo me fracturé el tobillo?

Él la detuvo colocándole uno de sus dedos en la cabeza,—Y esto.

—Oh, no me di cuenta.—se tocó luego la venda que le cubría frente y parte trasera de la cabeza. Estaba aliviada de que fuera únicamente eso, y claro, excluyendo el dolor de sus músculos y huesos era consciente de que su cuerpo era ahora más resistente. Se removió un poco, dándose cuenta de que la incomodidad allí abajo ya no estaba.

Los recuerdos de la noche anterior la abrumaron, no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas.

—Liberi,—la llamó.

—¿Mmhm?—lo miró nuevamente, él miraba hacia otro lado con los brazos cruzados. La iluminación de la enfermería era la mejor por lo que no podía ocultarle nada. Podía ver ese perfecto rostro claramente.

—¿Estás consciente de cómo debemos actuar siendo soldados?

—¿Qué?—lo miró confundida.—Claro que lo sé, pero...¿a qué viene eso?

—Si lo sabes, entonces responde.—la miró fijamente, ella se sentía incómoda hablando acostada por lo que con cuidado se sentó. El dolor en su cadera aún se mantenía, pero no se molestó en prestarle atención.

Su deber como soldado.

Aquella respuesta estaba más que clara desde la infantería, no le molestaba responderle pero si Levi le preguntaba eso era por alguna razón. 

Se detuvo a pensar unos segundos antes de hablar.

—Nuestro deber como soldados es velar por la seguridad de las personas, de nuestra cultura y sobre todo entregar la vida si es necesario por el avance de la humanidad.

—Somos soldados de la Legión de Reconocimiento, ese simple juramento va más allá de eso.—le interpuso, la seriedad con la que hablaba le estaba dando mala espina.

—Llevo casi más que tú en esto, no es necesario que me des lecciones como si fuera una novata.—se quejó.

—Entonces, responde a mi pregunta correctamente. ¿Cómo debe ser nuestro comportamiento siendo soldados de la Legión?—tajeó, Liberi supo que estaba enojándose pero no comprendió la razón.

Suspiró peinado los mechones rebeldes de su cabello hacia atrás y pensó. Cuando se trataba de Levi, sus preguntas siempre tenían un trasfondo, ya fuera una prueba o una mera lección.

¿Me está probando?

Miró de reojo esos afilados ojos grises.

—Debemos ser calculadores, ingeniosos y sobre todo saber actuar dependiendo de la situación.—de repente una leve suposición se posó en su cabeza.—Estar dispuestos al sacrificio, y eso conlleva a dejarnos de lado a nosotros mismos con tal de seguir órdenes de un comandante capacitado. ¿Es eso lo que realmente querías escuchar?—se atrevió a preguntar.

UNSTOPPABLE | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora