19

216 36 9
                                    

Maratón 3/3

Seonghwa siente una extraña emoción y un reluciente orgullo de poder llevar a Hongjoong de la mano frente a todos, de poder mostrar sin miedo que son novios. 

Sí, son novios.

Que hermoso suena eso. 

Seonghwa se despierta de sus fantasías cuando Hongjoong le pasa una mano frente a los ojos para traerlo de vuelta de su trance, mirándolo con una sonrisa divertida. 

—¿En que pensabas?— le pregunta. 

—En ti sobre mi cama— bromea Seonghwa, mirándolo con picardía.

Hongjoong le da un manotazo.  Se han separado un poco del grupo luego de subir a la montaña rusa.

Yeosang y San se habían quedado con Wooyoung ayudándolo luego de que éste se mareara muchísimo cuando bajaron del juego, mientras que Yunho y Mingi se escabulleron a solas para ir a comer algo (Seonghwa dudaba que lo que fueran a comer fuera en realidad comida, si me entienden).

Así Seonghwa se llevo a Hongjoong a pasear. La idea sería reunirse todos para los fuegos artificiales.  Ahora mismo acababan de entrar a la casa de la risa. 

—¿Por qué se supone que se llama casa de la risa?— preguntó Hongjoong con nerviosismo, abrazándose al brazo de Seonghwa a medida que se internaban en la oscuridad de ese túnel—. Yo no me estoy riendo— siguió quejándose. 

El mas alto disfrutaba de ese contacto, así que abrió la boca para responder y jactarse de su valentía, pero justo entonces un enorme payaso de cara diabólica salió de la pared. 

El grito de Seonghwa fue monumental, más alto y agudo que el de Hongjoong, lo que ya es mucho decir.

La pareja se abrazó, gritando y retrocediendo torpemente antes de salir corriendo de vuelta hacia la salida. 

Detuvieron su carrera para recuperar el aliento, se miraron. Seonghwa se acomodó el pelo.

—Era... Era aburrida— dijo, sonriendo nerviosamente—, no valía la pena. 

—Definitivamente— concordó Hongjoong. 

Luego, ambos se miraron y se largaron a reír a la par.

Seonghwa saltó hacia Hongjoong y se abrazó de sus hombros, el más bajito se volteó y le besó en la mejilla con ternura, lo que fue una señal afirmativa para que el mayor depositara un fugaz beso en sus labios, casi solo un roce. 

En ese momento, algo en su interior se planteó lo imposible que les sería vivir el uno sin el otro. 

┏━━━━━️°❀•°🎀°•❀°️━━━━━┓

  —¿Es...es muy alto?— pregunta Hongjoong con cierto temor, cubriéndose los ojos con las manos de forma adorable. 

Se encuentran sentados solos en un cubículo de la rueda de la fortuna mientras éste comienza a ascender y las luces de colores brillan a su alrededor.

Ya se ha hecho tarde, los fuegos artificiales serán pronto.  Seonghwa sonríe divertido de la pose de Hongjoong. 

—Pueees...— finge que analiza la altura —Umm, yo diría que unos 100 kilómetros arriba. 

—¡Seonghwa!— se queja Hongjoong sin destaparse los ojos y haciendo el ademán de darle una patada.  El mayor suelta una risita. 

—Lo siento, lo siento. 

Hongjoong resopla, Seonghwa se inclina hacia él, poniéndose justo en frente, y toma suavemente sus manos, quitándolas de sus ojos poco a poco, como dándole a Hongjoong la seguridad que se necesita.

Áɴɢᴇʟ-  𝒔𝒆𝒐𝒏𝒈𝒋𝒐𝒐𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora