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Seonghwa arroja su bicicleta como caiga en la entrada de la estación y corre hacia el interior.

La estación de Suwon no es tan grande, pero aún así hay bastante gente, como siempre que acaban las vacaciones.

¿Cómo va a encontrar a Hongjoong? ¿Cómo puede saber que no se ha ido? Al menos la madre de Hongjoong es muy... voluminosa... Que diablos, si es una morsa, así que no va a ser tan difícil ubicarlo con ese punto de referencia.

—Vamos Hongjoong, no puedes haberte ido así sin más— habla para si mismo, buscándolo por todas partes.

Tiene que encontrarlo.

★・・・・・・・★・・・・・・・・★

Hongjoong no está.

No, no está en ninguno de los andenes de los trenes que están por salir, Seonghwa ya los recorrió todos.

Park Seonghwa se siente vacío, derrotado.

¿Hasta aquí llega su historia? ¿Es el final de todo?

Está apunto de romper a llorar sin importarle una mierda quién lo esté mirando cuando...

—¡Seonghwa!

Esa voz...

Seonghwa levanta la cabeza con los ojos muy abiertos por la sorpresa y busca a su alrededor al dueño de aquella voz.

Oh por dios. No es un sueño lo que ven sus ojos, Hongjoong realmente está corriendo hacia él.

Su Hongjoong, con el cabello un poco despeinado y sus brillantes ojos de ángel.

No se ha ido aún.

Dios, que alivio.

Hongjoong llega hasta Seonghwa y afirma las manos en las rodillas para recuperar el aliento.

—Seonghwa, ¿qué ha...?— no termina la frase, porque el nombrado lo ha envuelto en un fuerte abrazo, aferrándose como si se le fuera la vida en ello.

—Estás aquí, estás aquí— repite sin soltarlo ni un segundo—. Dios, lamento que pelearamos. Te amo, te amo, quiero estar aquí contigo.

Hongjoong parpadea, confundido, pero corresponde el abrazo.

—También te amo... Y claro que estoy aquí— dice, ladeando la expresión y separando un poco el abrazo para mirar a Seonghwa a los ojos—¿Por qué no lo estaría?

Seonghwa cambia su expresión de alivio por una confundida.

—¿No te ibas hoy? En el rostro de Hongjoong se instala una radiante sonrisa alegre.

—No me voy, Hyung.

—¿Qué?

—He venido con mi madre a cancelar los boletos— aclara, sin dejar de sonreírle de oreja a oreja.

—Osea que no te irás hoy...

Hongjoong niega con la cabeza, entusiasmado.

—No me iré hoy, ni mañana, ni en mucho mucho tiempo, Seonghwa — dice.

Las palabras salen a niveles muy altos de velocidad de sus labios—. Mamá ha decidido que nos quedamos en Suwon— finaliza, y sin poder contener la emoción salta a los brazos de Seonghwa.

—Te quedas...— murmura Seonghwa, como si lo estuviera procesando—. ¡Te quedas!

—¡Diablos sí!

A Hongjoong no le importa que Suwon sea un pueblo de mierda en lo más mínimo, porque al menos podrá quedarse junto a la persona que ama.

Seonghwa lo besa, sin importarle que todos los miren y que la gorda madre de Hong pueda aparecer en cualquier momento.

Áɴɢᴇʟ-  𝒔𝒆𝒐𝒏𝒈𝒋𝒐𝒐𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora