Robo || OFFGUN ||

Capítulo 8

Al principio le costo mucho adaptarse a no sentir la presencia de Gun a su lado, Off lloro noche tras noche mientras era consolado por Mook, quien se volvió su incondicional apoyo, sin embargo, esas lagrimas pasaron de ser de despecho a ser odio puro.

Conforme pasaron los meses se dejo de mencionar el nombre del omega que alguna vez amo, la sola mención de este encendía ira en su interior, por lo que se tenía casi prohibido para Mook hablar de Gun, Off dejo de buscar noticias sobre él, ya no sabía absolutamente nada, bloqueo de su vida cualquier cosa que le recordara Tailandia, por ende también a aquel omega traidor. 

Su madre, quien a principios le rogaba porque volviera y retomara su lugar aun lado de Gun, dejo de hacerlo desde que Off le grito que para él, aquel omega infiel había muerto ese mismo día, que si volvía escuchar la sola mención de esté, jamás regresaría y nunca volvería a saber de él, por ende solo se comunicaba para saber como estaba y para darle noticias del hospital.

Había eliminado absolutamente todo rastro que conservaba de Gun y como había dicho en el aeropuerto, contraería matrimonio con Mook, como había estado previsto antes de que conociera al omega que le movería el piso sin control. Mook y él habían estado comprometidos, era un matrimonio arreglado por ambas familias, ya que ambas eran dueñas de hospitales, sin embargo, Mook y él habían jurado terminar el compromiso si ambos no llegaban a quererse o si uno de los dos encontraba a alguien más a quien amar, por lo que Gun jamás supo de esto.

Ahora con su vida casi hecha de nuevo esperaba poder terminar su carrera y contraer matrimonio ahí mismo, en Inglaterra, vivir su vida tranquilamente en ese lugar, buscar trabajo, comprar una casa, tener hijos y envejecer juntos, tal vez morir ahí, lejos del recuerdo de Gun.

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Gun por su parte también se había prometido a él mismo olvidar cualquier recuerdo de Off, tenía que hacerlo para seguir adelante, no podía seguir torturándose con emociones que también afectaban al pequeño cachorro en su vientre. 

Y con eso en mente ocupo su días leyendo, cocinando e inclusive tejiendo, había aprendido por Godji quien en sus ratos libres tejía lindas cobijas para el cachorro, Gun le había pedido que lo enseñase y con el tiempo tomo amor por el tejido. 

El tiempo con Max se había tornado tranquilo, no había golpes ni gritos, ambos comían tranquilamente e incluso a veces charlaban sobre su día, en las noches ya no había sexo rudo, simplemente cariños a su abultado vientre de 6 meses, pareciese que en la pareja había florecido el amor, sin embargo, una vez que Max se quedaba dormido, Gun salía al balcón a tomar aire fresco y rogarle a la madre luna y a sus padres que le dieran fuerza para aguantar hasta que pudiese salir libre de ese lugar.

Aunque para la mayoría de los omegas la vida que le ofrecía Max pareciera perfecta, una hermosa y enorme casa, dinero, lujos, "amor" y una familia, para Gun era todo lo contrario, si se conformaba con estar al lado de un alfa que le arrebato su libertad, que en cualquier momento perdería el control y lo golpearía de nuevo, que llegaba oliendo a otros omegas, que conspiro contra su padre, un alfa abusador, sería una total traición a si mismo y a la memoria de sus padres, no podía quedarse y esperar a morir en ese lugar. 

Cada día ideaba planes para salir de ese lugar después de que naciera el cachorro, llego a pensar en abandonar a su hijo con su padre, así no sufriría al lado de una madre que no le podría brindar un lugar estable, pero conforme se acercaba el noveno mes la idea se le hacía mas difícil, no podría estar separado de su bebé, se había encariñado absolutamente.

Si quería llevarse a su hijo tendría que esperar hasta que fuera el momento correcto, cuando obtuviese la completa confianza de Max, para poder controlarlo, tendría que esperar unos años mas, sería paciente, se convertiría en el omega perfecto para Max y cuando este menos lo pensase huiría sin dejar rastro.