Caprichoso destino

T r e s

Narra Carlota

Me despierto y me estiro dentro de las sabanas bostezando. Voy a un lateral de la cama y desbloqueo mi móvil para ver la hora. Las 8:57am, que sueño...
 Me levanto, me ducho y me visto. Voy hacia la habitación de Alexandra y toco la puerta.
-¿Alexandra, estas despierta? - se abre la puerta 
-Hace unos minutos - dice mientras se va a la ducha
-Te espero aquí - señalo la cama
-¡Vale! - grita desde el baño. Me siento en el colchón y saco el móvil para entretenerme. Media hora esperando hasta que sale vestida y aseada.
-Vamos a desayunar - nos montamos en el ascensor hasta que bajamos de él y nos dirigimos hasta el restaurante. En una mesa hay un microondas, cafetera, entre otras cosas.
Voy hacia una bandeja de metal y la destapo, al instante pongo cara de asco; ¡ugh! que asquito, hay beans con una salsa marrón. Después de ver un poco todo, me preparo un cola cao y dos tostadas con mermelada de arándanos, me dirijo a una mesa que tiene dos sillas y me siento, al momento viene Alexandra con una taza y una manzana.
-Que buen desayuno, ¿no? - opina
-Si, aunque la leche sabe raro
-Es verdad pero esta buena - asiento y me bebo el cola cao - y... como ocurrió eso que me contaste con...
-Harry - le digo
-Sí, ese.
-Bueno, simplemente estaba por el pasillo, veía que se acercaba y yo estaba alucinando y al final me hice una foto con él y le comenté algunas cosas... - creo que lo dije con una sonrisa de tonta por la mirada que me hacia.
-Me alegro un montón de que estés así de risueña
-¿Gracias? - nos reímos- ¿Quieres que te cuente algo de One Direction?- sé que dirá que no pero por intentarlo no pierdo nada.
-Vale, ¿porque, no? - me sorprendí bastante; siempre que le hablaba de este tema se entretenía con otra cosa y a mí me daba igual mientras pudiera hablar de ellos en voz alta.
-¡Vale! Mira en el grupo hay... - estuve como veinte minutos explicando la vida de ellos, como se habían formado y algunas curiosidades varias.
Después de toda la charla fuimos a hacer turismo. Estuvimos en los puntos clave del centro de Londres. Comimos por ahí y después fuimos por más sitios  y a las siete y algo nos dirigimos al hotel. Nos reunimos en mi habitación para pasar el rato. 
-Mira - dice Alexandra extendiéndome unos papeles
-¿Que es esto? - digo cogiéndolos y los miro con el ceño fruncido.
-Apartamentos- dice encogiéndose de hombros
-Son muy bonitos - digo pasando las hojas
-Dije que queríamos en el centro de Londres - me comunica. Paso unas hojas mas y veo una que me llama mucho la atención.
-Mira este. Lo quiero. -Alexandra me coge el folio y lo mira.
-Este no esta en el centro, se habrá colado por ahí... - lo aparta
-No lo apartes - digo alarmada, me estiro por el colchón y cojo el papel de encima de la mesita - este me gusta - le hago pucheros
-Pero no esta en... - no la dejo terminar
-En el centro, ya lo has dicho. Piénsalo mejor en el centro es mas caro
-Pero... - ya sabia lo que iba a decir 'pero si me los ha dado sera por algo', le corto otra vez
-Y si son baratos serán una mierdecilla, aquí ponen fotos deslumbrantes pero quien sabe si son de años atrás, ¿eh? 
-Tienes razón, dámelo - le extiendo el papel, lo mira y hace una mueca
-¿Qué?
-Es muy caro - me lo devuelve y lo observo, 900 libras.
-Bueno, pues me pongo a trabajar - digo simplemente
-Tu estas loca, tienes que ir a clases dentro de poco
-Pero son cuatro horas y serán por la mañana, puedo conseguir trabajo por las tardes - encojo los hombros
-No me convence pero si consigues trabajo a estas alturas... haz lo que quieras.
-Tengo 18 años, tengo edad para trabajar
-Y yo 21, por esa regla de tres... yo también puedo. - pasamos hablando una media hora mas y después fuimos a cenar.  

Cuando acabé de comer fui a mi habitación corriendo, estaba muy cansada y necesitaba dormir. Mañana no haríamos gran cosa, visitaríamos algo mas pero después de eso no tendríamos nada que hacer; aunque yo mañana iría a una tienda de pianos que vi un día por Internet, quisiera elegir  uno para el apartamento. Sabia que Alexandra no le convencía esa casa pero seguro que entrara en razón. Falta una semana y cinco días...