ᬽ⃠ᭃᬺ↝[мυñєqυιтα ;;🍒]

┆┆❝[9]➝💋;; Debes pedirle permiso a Daddy para besarlo❞┆┆

Ambos dormían abrazados mientras la lluvia se intensificaba.

El canadiense despertó al escuchar un trueno afuera y sintió algo de presión en su pecho. Miró hacía abajo y vió con Tn temblaba levemente estado abrazada a él. Vió mejor y notó como estaba despierta, parecía tener miedo. Estaba aferrada al mayor ya que se sentía segura junto a el.

—Peque~ tranquila— habló Canadá rompiendo el silencio entre ambos —mm... Veo que te dan miedo las tormentas— alegó, mientras que su contraria solo asintió algo temblorosa —no te preocupes, estoy aquí—  tranquilizó empezando a acariciar el corto cabello de la menor. Pese a que la lluvia le gustaba, las tormentas le aterraban a la misma —A mí también me daban miedo las tormentas cuando era pequeño— recordó mirando por la ventana. Trató de pensar en algún tema de conversación para distraer un poco a Tn de la tormenta de afuera —Oye, pequeña— llamó.

—¿Mm-m?— pronunció viéndolo a los ojos.

—¿Con quién vivías en casa de tu madre?— cuestionó, recordando la noche en la que había podido conocerse mejor como habían hablado.

—S-solía vivir con mi madre, mi padre, mi hermano mayor y mi hermanita— Respondió con simplicidad.

Un rayo resonó fuertemente afuera y Tn tembló aferrándose nuevamente a al mayor. Este trató de sobar su espalda, pero al hacerlo la menor se retorció notoriamente de dolor, soltando un quejido lastimoso. Los golpes y lastimaduras, por más de haber cicatrizado seguían ardiendo como el primer día, quizás era algo psicológico del trauma pero aún así podía sentirlo vividamente.

—¿Uh? Peque, ¿Que pasa?— preguntó Canadá algo preocupado.

—M-me dolió...— declaró la menor escondiendo su cara en el pecho de su contrario. Procedió a explicarle acerca de sus múltiples cicatrices.

—mmh... ¿Quieres que te ayude a curarlas? Quizás sea por eso que te duelen— le ofreció.

—E-está bien— comunicó.

—Ok, ya vuelvo— indicó Canadá sentándose en la cama, dejando a la menor sentada en sus piernas. Tn asintió.

El de ojos rubí se levantó de la cama y fue a buscar el botiquín al baño. Regresó con lo necesario para curarla lo mejor posible. Se sentó detrás de la de ojos pantanos de tal modo que esta le diera la espalda.

—¿Me dejas ver?— consultó, a lo cual la joven asintió y se sacó el suéter colocándolo en su pecho para tapar sus senos. El de colores rojizos quedó pasmado al ver cómo tenía su espalda la de pálida piel.

No encontré una imagen equivalente a lo que quería demostrar.

Empezó a intentar curarla y al terminar vendó las zonas más afectadas —Listo— afirmó Canadá dando palmaditas sobre los vendajes.

—Muchas gracias...— agradeció con una pequeña sonrisa.

—No hay de que— seguido de esto, la menor se volvió a poner el suéter con algo de cuidado.

—¿Dormirás sola esta noche?— le preguntó el mayor a su contraria.

—mmh...— dudó con un tono de vergüenza.

—¿Que ocurre, peque?— cuestionó.

—¿Pu... Puedo dormir con usted?— respondió en voz baja y la mirada algo baja, quizás hasta con miedo.

Canadá rió con ternura ante las actitudes de Tn —Claro que si— afirmó besándole la mejilla. Se dió cuenta de lo que estaba haciendo y casi automáticamente se disculpó por aquel acto de hiperconfianza.

Sabía cómo la había pasado Tn en un pretérito, así que no quería hacerla sentir muy incómoda con aquellos comportamientos. Pese a que una de las reglas del Ddlg es "si Daddy quiere tocarte lo hará/Daddy puede besarte cuando el guste" no es aplicable a este caso, dado a qué en primer lugar, no hay una relación amorosa formada D por medio, y el concepto de Ddlg aún es desconocido para Tn y por último, son bastantes los traumas que le quedaron a la susodicha luego de su desastrosa vida, por lo que había que ir de a poquito.

—¿Puede... Puede volver a hacerlo? Por favor...— la sensación de afecto le recordó a cuando Canadá la había abrazado cuando empezó a llorar hace un rato. Se sentía querida junto al canadiense realmente. En fin, el mayor volvió a besarla en la mejilla con la única diferencia de que ahora lo hizo con más cercanía a sus labios. La joven sonrió y miró a los ojos al mayor.

—Tienes bonitos ojos— alagó el de colores rojizos corriendo el flequillo de la menor acomodandolo tras su oreja.

—¿Enserio...?— cuestionó incrédula con una sonrisita y un leve sonrojo en sus pálidas mejillas.

—Yes, Dolly— ‹muñequita› afirmó acercándose un poco más al rostro de la menor —¿Quieres otro besito?— le consultó, mientras que la más joven asintió algo lento por los nervios y Canadá se animó a besarla en sus rojizos labios. La menor se sorprendió ante eso, sin embargo al final correspondió a aquel dulce beso. Al final ambos se separaron. Canadá recordó como Tn una vez le había contado como todos le decían lo horrible que era y hacía poco le había comentado acerca de lo que su "amo" solía decirle sobre su cuerpo y sus cicatrices por lo que se le ocurrió decir lo siguiente: —Eres hermosa, bebé. No dejes que nadie te diga lo contrario— Le indicó pegando las frentes de ambos mientras tomaba sus manos. Miró el rostro de la menor. Ella miraba sus manos con una sonrisa y un gran sonrojo.