Capítulo 4: Seyfert-2

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     La niña sonreía con emoción mientras veía a través del enorme cristal.

     Miles de estrellas a lo lejos, un vasto universo por descubrir.

     Dejó su mano derecha sobre la ventana.

     —Hija de las estrellas.

     Ella fingió no escuchar aquellas palabras, aún sonriendo.

🌠🌟

     —Bien, comienza.

     Nicoleta Rutile, la gemela de la voz más dulce, empezó a mover los controles. El Streiter avanzaba en la simulación. Lapis Lazuli y Aventia la miraban desde uno de los extremos de la cabina.

     —Hoy me está costando más trabajo concentrarme —admitió.

     —¿Estás nerviosa?

     —Un poco, pero puedo controlarlo.

     —De acuerdo, bien, tienes a la vista al enemigo, ¿cuál es tu primera arma?

     —El rifle.

     —Tómalo.

     La gemela que se encontraba en el asiento soltó los controles, tomando el rifle para jalarlo hacia ella. Respiró profundo y apuntó cuidadosamente a la cabeza.

     —El punto específico —murmuró y poco después comenzó a disparar.

     Tres directo a la cabeza.

     La joven volteó a ver a uno de los monitores, confirmando su éxito.

     —¡Excelente!

     Lapis sonrió, caminando hacia la joven en compañía de la otra gemela.

     —Es todo por hoy.

     —¿Y cómo lo hicimos? —preguntó Aventia.

     —Han mejorado mucho —las miró a las dos.

     Las gemelas gritaron de emoción. Lapis Lazuli sabía que su comentario significaba mucho para ellas.








     Lapis permaneció sentada en una de las sillas de la oficina de Blue, viendo hacia los múltiples reconocimientos que estaban colgados en la pared. Suspiró, apoyando sus brazos en el escritorio y luego descansando su cabeza en ellos.

     Si era honesta con ella misma, se admitía que estaba nerviosa por la misión que le habían asignado. Entre todos los pilotos disponibles, la habían escogido a ella y a otro de Seyfert-2.

     —Chica prodigio —murmuró.

     «Me estoy hartando de eso.»

     Escuchó que la puerta se abrió y ella se enderezó de inmediato, volteando a ver.

     —Blue.

     —Suena más lindo cuando me dices ma o mamá —caminó hacia el escritorio—. ¿Estás aquí para convencerme de no enviarte?

     —Sabes por qué no me agrada la idea. ¿Por qué no envían a Pearl? Ella sería aún mejor para la misión.

     —La señorita Ritter tiene que atender un compromiso con la agencia espacial para la que aún trabaja, su permiso de ausentarse un día ya estaba concedido desde hace una semana. Y si lo que te preocupa es el peligro de la misión, nuestros expertos comprobaron que se puede llevar a cabo, ambas unidades son capaces de llegar a la estación. Además, los pilotos fueron considerados aptos gracias a las pruebas que se realizaron. No hay inconvenientes —dijo con satisfacción—. Lapis, la comandante White te está dando su confianza.

Aestellum | LapidotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora