—Bienvenidos a su noticiero, hoy es 18 de mayo del año 2577. Son las ocho de la mañana y...
Pearl abrió los ojos de golpe, mirando hacia la televisión que tenía enfrente. Había estado encendida toda la noche. Se sentó sobre el sofá, adolorida por la mala posición en la que había dormido. Miró de nuevo hacia la pantalla, notando la hora marcada.
8:01 a.m.
Sus ojos se abrieron por completo.
—Ay, no, no, no...
Se levantó de inmediato, corriendo lo más rápido posible hacia su habitación.
—¿Cómo pude quedarme dormida? ¡Es una broma! —se desvistió torpemente.
Tomó las prendas que ya había dejado preparadas, luego escuchó su teléfono. Lo tomó y revisó la pantalla, tenía más de veinte mensajes de la profesora Rose. No tenía tiempo de contestar, así que solo lo guardó en su mochila, que también había dejado lista. Tomó las llaves de su vehículo y salió de su casa, arrojando su mochila dentro del coche y subiendo, lista para irse.
Los minutos seguían avanzando; en el fondo de su corazón quería creer que podía llegar a tiempo al Centro Espacial. Aunque tenía un vehículo veloz, aún le faltaban varios minutos para llegar.
«La mejor oportunidad de mi vida y la voy a perder.»
Se había graduado de la universidad en tres años y con honores. Unos meses después de egresar una de sus profesoras le había ofrecido formar parte de un gran proyecto espacial junto a otros alumnos y profesores, ahora todo se estaba yendo al caño porque se había quedado dormida el día del lanzamiento del cohete.
Estaba nerviosa, pero trataba de dominar sus sentidos para seguir conduciendo rápido.
Era un mal sueño, tenía que serlo.
Frente a ella solo observaba la carretera, un auto pasó en dirección contraria.
Entonces lo vio.
El enorme brillo que la aeronave produjo y la estela de humo que comenzó a dejar mientras se elevaba.
Pearl desvió su vehículo del camino y lo estacionó, bajando de él. Se recargó en la puerta del conductor, viendo como el cohete seguía ascendiendo.
Era una vista hermosa, honestamente. El color del cielo, las nubes, la gran estela que iba dejando.
La joven mujer dio un suspiro mientras seguía viendo hacia arriba.
«Qué tonta.»
🌠🌟
8:00 a.m.
Pearl sacó el jugo de naranja de su refrigerador, dejándolo en la barra. El desayuno estaba en proceso. El noticiero estaba en la pantalla, no había estado prestando atención hasta que la presentadora mencionó algo.
—El día de hoy se cumplen cinco años del accidente del cohete Eridani-77, perteneciente al proyecto Sterne. Como sabemos, una falla en uno de los motores provocó una explosión a los noventa segundos del lanzamiento, en esta tragedia se perdieron las vidas de tres profesores y tres egresados de la Universidad de Ingeniería de la Costa Este.
La ojiceleste dejó de ponerle atención a las palabras de la presentadora, pues en pantalla aparecían las fotografías de quienes iban a bordo. A los alumnos apenas los había conocido, sólo había convivido con ellos debido a parte de la planeación y a las pláticas de las implicaciones de todas las fases del Sterne. Dos de los tres profesores le habían impartido clases, uno de ellos fue Nikola Hagen. De vez en cuando lo recordaba, pues su viuda, Yellow Courage y su hija, Peridot Hagen, estaban en la misma base. Aunque antes, cuando apenas había salido de la universidad, no había tenido la oportunidad de hablar con ellas, por lo que era normal que no pensaran que alguna vez tuvo algo que ver con aquel proyecto. Y bueno, la otra profesora fue Rose Quartz.
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Aestellum | Lapidot
Science FictionCasi a finales del siglo XXVI, la raza humana es atacada de manera definitiva por monstruos de origen desconocido. Nadie se queda de brazos cruzados, así que se retoma el proyecto Streiter, en donde un grupo de jóvenes son requeridos para pilotar a...