Capítulo 23: No hay felicidad

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     Lapis vio la luz de nuevo cuando la mano del Indus se abrió, Garnet se encargó de bajarla cerca de las plataformas. Se quedó de pie junto al enorme Streiter de color vino.

     Alrededor era un desastre; restos de las naves en tierra y agua, daños en la base, fuego que aún no se consumía.

     Tragó saliva, sentía un nudo en la garganta. Arrugó las cejas y se miró a sí misma, su traje estaba manchado de sangre.

     La sangre de Peridot.

     Su alma estaba destruida por aquella muerte.

     La muerte de su padre.

     Se abrazó a sí misma, resistiendo. No quería llorar más.

     —¡Lapis!

     Volteó hacia donde le llamó Amethyst, Pearl venía caminando con ella. Las dos la veían con horror.

     Quería esconderse. No, quería desaparecer. Huir de todos. Que nadie más en el universo supiera de su existencia.

     «Soy un monstruo.»

     Garnet llegó y la ayudó a estar de pie, aunque no dijo nada. Lapis se recargó un poco en ella, sollozando aunque moría de vergüenza.






     Llevaba minutos bajo el chorro de agua, no quería salir de ahí.

     Lo único que había podido hacer después de eso fue huir. Necesitaba limpiarse y despejarse un poco antes de volver a afrontar la realidad, sabía que la mandarían a llamar.

     Cerró la regadera y tomó una toalla para envolverse. Vio la bolsa en donde había echado el traje. La apariencia era horrible, aún le revolvía el estómago.

     —Lapis, ¿estás ahí?

     Reconoció la voz de la piloto de Carina.

     —Supe que fue una misión horrible, ¿necesitas a una amiga?

     «Sí.»

     Lapis le pidió a Spinel que esperara mientras se vestía. Unos minutos después, salió y se sentó en el suelo del pasillo. La pelirroja hizo lo mismo.

     —No han sido buenos tiempos, ¿verdad? —murmuró la de las coletas.

     —No.

     La pelirroja se acercó un poco a ella, acomodando su cabello con delicadeza.

     —¿Cómo estás?

     —No quiero afrontar lo que pase de ahora en adelante —admitió sin verla a los ojos—. No quiero pasar por algo así de nuevo.

     —Te entiendo.

     «Todo mi pasado como la guerrera de mi pueblo.»

     —La muerte de Jasper, todos los ataques, acaban de herir a Peridot y...

     —¿Y?

     Lapis lo pensó.

     «No, eso no.»

     —Destruí a Pléyone —suspiró—. No tengo un Streiter ahora, soy inútil para el equipo, para todos —escondió su cabeza entre sus rodillas.

     —No digas eso, no es cierto. Además, si lo que te preocupa es el robot, tal vez solo desplacen a alguien. Eres la más hábil entre todos los pilotos —rió un poco—. Puede que te den a Carina.

     —Pero ese es tu Streiter —la miró—. No quiero que eso pase, sé que te importa...

     —Así es, pero... incluso si estaba enojada, todo lo que dije la última vez fue cierto. En el fondo no quería pilotar un robot, lo hacía para competir y demostrarle a cualquiera que era mejor que Steven. Si vuelvo a subir a una de esas máquinas será porque merezco tener el honor de proteger a las personas —sonrió levemente—. Será porque voy a evitar que alguien más tenga que afrontar algo así.

Aestellum | LapidotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora