Capítulo 25

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(Liam)

-¿C-cómo? -tartamudeé al preguntar -¿Qué...qué has dicho?

-Liam, no me hagas repetirlo por favor... - dijo mirando hacia otro lado

-Repítelo - negó con la cabeza - ¡Repítelo! -le grité

-Diana no es tu hija -dijo finalmente.

Me levanté de la cama y me pasé las manos por el pelo intentando procesar toda la información. Osea que todo lo que he vivido estos años ha sido una mentira, jamás he sido padre, esa que está ahí abajo no es mi hija... He vivido en una mentira durante 16 años. Mis pies se movían por toda la habitación.

-Liam por favor, di algo - me rogó

-¡No puedo decir nada! ¿¡Qué quieres que diga?! ¿¡Que he vivido durante 16 putos años en una mentira?! ¿¡Que me destrozaste la juventud?! ¡Yo no estaba preparado para ser padre! ¡Tuve 9 meses para concienciarme de ello porque no iba a dejarte sola en todo eso! ¿Y me lo pagas así? ¡16 putos años me has tenido engañado! ¿Y me pides a mí explicaciones de con quién me acuesto o no? ¡Esto es increíble!- dije dándome la vuelta cruzando los brazos sobre mi pecho 

-Liam yo...

-¿Y sabes lo peor de todo?  -pregunté dándome la vuelta impidiendo que acabase la frase - Lo peor de todo es que si Julie no te hubiese dicho que me he acostado con ella, ¡cosa que es mentira! Jamás me hubieses dicho que Diana no es mi hija.

-Liam, lo siento - dijo levántandose de la cama con los brazos abiertos para abrazarme.

-Ni me toques - le dije apartándome de ella y saliendo de la habitación.

Bajé la escalera y justo me encontré de frente con Diana.

-Papá, ¿qué pasa? -me preguntó

Al escuchar esa palabra, "papá", no pude reprimir las lágrimas y salí corriendo de casa. No sabía a dónde iba, solo sabía que quería huir, tenía que pensar. No me puedo creer que Irene me haya esto, es muy egoísta por su parte. Me chantajeó para estar conmigo. Me parece muy romántico y todo eso, y demuestra lo mucho que me quiere, pero con ese tipo de cosas no se juega. Tan solo tenía 18 años cuando me dijo que estaba embarazada de mí. No puedo negar que no me hiciera ilusión, siempre quise formar una familia, pero hacerlo tan pronto me asustaba. Estuve a punto de decirle que no quería saber nada del bebé, que le daría dinero y todo eso pero que no quería ejercer de padre. Pero me parecía muy egoísta por mi parte hacerle eso, pero en realidad la egoísta ha sido ella. No puedo negar que ella no me gustase, pero no estaba enamorado de ella, tuve que aprender a amarla, cosa que al final conseguí y ahora no puedo imaginarme una vida sin ella. Pero esto es demasiado, ¿cómo voy a mirar ahora a Diana a la cara? Ella piensa que soy su padre, pero sin embargo solo soy un hombre que la ha criado. La he tratado como si fuese mi hija, la he cuidado, le he dado de comer, la he bañado, estuve cuando dio sus primeros pasos y también estaba ahí cuando se caía para levantarla, cuando se le cayó su primer diente, cuando empezó el colegio, el instituto... he estado en todos los momentos importantes de su vida como su padre que creía que era, pero en realidad su padre tiene que estar por ahí, haciendo Dios sabe qué sin poder disfrutar de su hija. Sin poder vivir esos primeros momentos con ella y ella en realidad tampoco ha podido vivir con su padre, no sabe quién es y estoy seguro que todos esos momentos le hubiese gustado vivirlos con él, no conmigo.

Sin darme cuenta, mis pies me habían llevado hasta un bar a unos kilómetros de casa. Parece que cuando tu cabeza no para de pensar no te pesan los kilómteros. Decidí entrar en el bar y tomarme algo, quizás el alcohol me permita olvidar algo o al menos dejar de pensar mientras haga efecto en mi sangre.

(Diana)

No entiendo nada, primero mi madre se encierra en la habitación, mi padre llamando a su puerta, me cuenta lo que pasa, se van a hablar a la habitación y mi padre sale disparado de casa. ¿Vosotros veis esto normal? Porque yo no...

Subí las escaleras para intentar pedirle explicaciones a mi madre. Cuando llegué al dormitorio, pude verla sentada en el borde de la cama con sus manos en la cara. No paraba de llorar.

-Mamá... -dije acercándome poco a poco a ella - ¿Estás bien? -Ella levantó la vista. Creo que es la imagen más horrible que he visto de mi madre. Si hay algo que no soporto es verla llorar.

-No... -dijo y dio unos golpecitos con la mano sobre el colchón. Me acerqué y me senté junto a ella.  - Tenemos que hablar...

Déjà vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora