No me odies.

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— Nuevamente te doy las gracias por ayudarme. — Llevó su mano hasta su cuello. — Siento vergüenza al récordar mi comportamiento ese día.

— No te preocupes. — Vio como Jungkook se perdía en la oscuridad siguiendo a aquel chico. — No tienes que sentirte así, todo fue por tu celo, a todos nos pasa.

Jin no era de decir "celo" tan abiertamente su madre le había enseñado que eso es algo muy íntimo y no podía hablar de ello con cualquiera, por eso cuando dijo esa palabra se sintió incomodo y muy apenado.

— Esperó y ese chico no sea un problema. 

— Mi amigo lo conoce dijo que si lo volvía a intentar lo mataría. — Desvío la mirada. — Creo que lo decía de verdad.

— Yo también lo haría. — Jin lo miro asombrado. — Lo haría por cualquiera. — Eso le quito lo especial que había sonado.

— Ya veo. — Dirigío su vista hacía Jimin pero este no estaba eso lo preocupo. — ¿Qué ocurre? — Namjoon se dio cuenta de eso.

— No nada. — No podía decirle que su amigo no estaba se suponía que había ido solo, y mucho menos le podía decir aquíen buscaba. — Es que… Es tarde.

— Es verdad, es más de media noche. — Noto como Jin miraba a todos lados algo asustado. — Siento haberte citado en un lugar así, no se en que pensaba. 

— No, no. — No importaba el lugar siempre y cuando pudiera verlo. — Me… Me gustó mucho verte… 

Era tan lindo, era obvio que sentía algo por Namjoon pero él no podía aceptar esos sentimientos, sabía que solo le gustaba porque lo había ayudado, y todas las personas que sentían algo por él siempre era por su cuerpo o su dinero, y aunque Jin no pareciera de ese tipo no podía confiarse. 

— Jin yo no… — Dijo esto en un tono muy serio. — Yo no. — Iba a decir que no podría aceptar cualquier tipo de sentimiento de su parte pero el sonido una sirena hizo que se detuviera.

— ¿Qué es eso? — Jin se asustó. — ¿Es la policía? 

— Maldición. — Pensó mientras buscaba a Jungkook con la mirada pero no lo encontró no había regresado. — Tenemos que irnos. — Tomo su mano.

Jin sintió su cuerpo erizarse pero estaba tan asustado como para emocionarse. — Espera. — No podía irse sin Jimin.

— ¿Por qué? — Lo miro confundido, no podía decirle que no podía dejar a su amigo. — N-nada. 

— Vamos. — Sujeto con más fuerza su mano y empezó a correr, tenía que llegar a su auto. 

Su mano era tan grande al igual que las pisadas que daba, el también era alto pero no podía correr tan rápido como él, no importaba que la policía pudiera atraparlos ese momento se sintió como una película de romance donde los protagonistas escapan de la ley y mientras se esconden sus cuerpos llenos de excitación no pueden evitar querer tocarse, pero claro eso solo pasa en las películas, ¿verdad? 

                                   
                                      •••

Jungkook recostó a Jimin sobre la cama de la habitación de hotel, fue el primero que encontraron justamente había un a unos cuantos metros, besaba sus labios con desesperación quería tanto quitarle la ropa, sus entrepiernas se rozaban, lamía la oreja derecha de Jimin la argolla que tenía en ella era jalada levemente por la lengua de Jungkook. Gemidos salían de la boca de Jimin mientras apretaba sus pies, la mano del más grande empezó a acariciar su trasero era tan firme pero al mismo tiempo tan suave.

NO ME TENGAS MIEDO. (KOOKMIN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora