NO ME TENGAS MIEDO. (KOOKMIN).

Un obsequio para ti.

La habitación estaba oscura gracias a que las cortinas aún no estaban abiertas, daban ya las 7 : 00 AM era muy temprano para algunos, pero para mí era muy tarde.

— Jeon Jungkook, ¿Por qué aún no estás despierto? — Dijo mientras entraba a la habitación.— ¿Quieres que tu padre se moleste? Tienes clases, y antes de eso tienes que hacer tu ejercicio y comer tú desayuno.

— Por favor Mamá, estudie toda la noche, solo déjame faltar a mi entrenamiento. — Me enrolle más entre las sábanas.

— Cuando yo tenía tu edad no desobediencia a mi madre.— Le arrebató la sabana de un solo tirón.

Camino hasta la ventana para abrir las cortinas, la luz del sol no era tan fuerte pero para Jungkook fue como encender 100 fotos al mismo tiempo.

— ¡Ah! Mamá por favor. — Cubrió su rostro con la almohada.— cinco minutos, solo eso.

Lo miró con una sonrisa, siempre hacia lo mismo, pero no le podía decir que no, sabía que su hijo trabajaba mucho, tenía solo 14 años y ya era más inteligente que él a su edad.

— Cinco minutos. — Dijo saliendo de la habitación. —

Cuando los cinco minutos pasaron se levantó rápidamente de la cama para prepararse, tenía un largo día y un exámen muy importante.

•••

                                    

Después de las clases Taehyung y yo siempre llegábamos a la cafetería de mi tía, era un lugar cómodo y muy lindo, me gusta hacer mis tareas en la mesa del rincon.

El lugar tenía ventanas enormes casi cubrían toda la pared, se podía decir que todo estaba rodeado de cristal, así como la puerta que está era de puro vidrio, todo se veía de adentro hacia afuera, eso hacía que se sintiera más fresco.

Miraba a las personas pasar por la calle y también a las parejas que llevaban a la cafetería, se veían muy felices, solo quiero tener edad para enamorarme, y tener una hermosa relación.

Estaba tan distraído viendo a una pareja que tarde en darme cuenta de que uno ojos estaba clavados en mi, dirigí mi mirada hacia la mesa que estaba en la otra esquina del lugar, era ese hombre, el que siempre usaba traje negro y llegaba en autos muy lujosos, estaba con un hombre, siempre estaban juntos, quizá era una persona importante, quizá un empresario millonario o algo así, sus ojos eran negros y muy profundos, con tan solo verlo hacía que mi cuerpo se congelará.

No tenía que tener 19 años para darme cuenta de que era un Alfa, todo en él lo gritaba, al igual que el otro sujetó, tenían buena pinta, eran atractivos, pero me daban algo de miedo, quizá por qué están muy grandes, no aparentaban tener más de 30 años.

Casi siempre llegaban, hacía tres meses que frecuentaban esta cafetería, en algunas ocasiones me tocó atenderlos, ya que aveces ayudaba a mi tía, tomaba las órdenes de los clientes y llevaba sus órdenes a sus mesas, un día me tocó atenderlo, fue muy amable, tenía una voz gruesa y fuerte, sí asi era su voz normal no quería imaginar cómo sería su voz de mando.

Algo en el me ponía muy incómodo, no sabría decir que era, pero no le tome imponcia, ya que nunca me había dicho o hecho algo malo, de hecho pienso que es muy amable.

— ¿Qué miras? — Dijo mirando hacia la dirección donde Jimin miraba.

Eso me hizo salir de mis pensamientos, tenía que seguir con mi tarea.

— Nada. — Respondí como si nada.—

— Mmmm. — No estaba convencido de que no fuera nada, pero no le tomo imponcia.—