Estemos juntos para siempre.

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Pov Jimin.

Él estaba dandome la espalda, su gran espalda a la cual le había hecho algunas marcas la noche anterior.

Yo estaba sentado en el desayunador mientras que él preparaba el desayuno, realmente no parecía que estuviera haciendo algo tan complicado, pero verlo cocinar me hacía pensar que él era bueno en todo lo que hacía.

Incluso dormido se veía como un hombre ideal.

Cómo el Alfa que todos quieren, y que solo yo tengo.

Me puse de pie y me acerque para enrollar mis brazos en su cuerpo.

— ¿Cómo puedes ser tan perfecto? — Acaricie su espalda con mi rostro. — Deja de ser tan bueno.

— Solo estoy haciendo sandwich de huevo. — Sonrió. — No es la gran cosa. Tal vez debí llevarte a desayunar a un lugar lindo.

— No. — Le di la vuelta. — Quiero comer lo que preparas para mí, es mucho más lindo que cualquier lugar.

Metió sus dedos entre mi cabello.

— Jimin... — Pego su frente a la mía. — No sabes cuánto quisiera que sintieras lo acelerado que está mi corazón en este momento solo por estar cerca de ti.

Él quería unirse a mi. Lo sabía porque siempre que quería algo que yo no cerraba los ojos para no mirarme.

Él estaba haciéndo eso en este momento.

Había evadido el tema de la marca durante un tiempo, no había tocado el tema.

Sabía que debía hacerlo.

— Yo, yo te amo, más de lo que pudiera expresar con palabras. — Sujeté su rostro. — Cuando te miro veo una vida que no sabía que tendría, veo un hermoso futuro lleno de cosas que jamás imaginé.

Sonrió, su sonrisa hacia mi corazón acelerarse.

— Sentía que mi cuerpo estaba herido al igual que mi alma, pero tú arreglaste todo eso. Tú curaste mis heridas, heridas que siempre sangraban, y de las que pensaba que jamás dejarían de hacerlo. — Mis dedos acariciaron sus mejillas. — Y ahora que están así, no quiero que vuelvan a abrirse, en ningún sentido. He superado muchas cosas y esta es una de ellas, yo te amo y después de mucho tiempo me amo a mi mismo.

— Jimin...

— Y es por eso, que yo decido no volver a herir mi cuerpo. — Me aleje. — Entiendo si eso te parece difícil.

— Oye. — Sujeto mis manos. — No es para nada difícil.

Su cuerpo se aferró al mío en un gran abrazo.

— No necesitamos de eso para saber y demostrar cuanto nos amamos. No quiero lastimar tu cuerpo en ningún sentido, no soportaría ver una gota de sangre salir de tu cuerpo.

— Jungkook. — Sujeté su mano y la puse en mi pecho. — Mi corazón late por el amor que te tengo y siempre que lo haga sabrás que es por ti, porque te amo.

Mi mano sobre la suya, su mano sobre mi pecho. Nuestros corazones latiendo al mismo tiempo, al mismo ritmo.

Soy tan feliz.

— ¿Recuerdas la historia que me contaste?

— ¿La del tatuaje de mis padres?

Asenti.

— ¿Sería loco si te dijera que hiciéramos lo mismo?

Aquella historia me pareció tan romántica que no pude evitar querer hacer lo mismo con él.

NO ME TENGAS MIEDO. (KOOKMIN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora