NO ME TENGAS MIEDO. (KOOKMIN).

Escúchame.

Siguió acariciando su rostro por un largo tiempo, habían dormido juntos de ese modo muchas veces pero está vez era diferente, Jimin se aferró a él más de lo normal.

Casi podía sentir sus uñas enterarse en su piel.

— Estoy en casa. — La voz de una mujer entrando lo hizo ponerse muy alerta.

Camino hasta la sala donde se encontró con la escena más tierna pero a la vez tan inapropiada.

— H-Hola señora Kim...

— ¿Q-Qué es esto?

— No es lo que usted cree. — La pierna izquierda de Jimin rozaba con su entrepierna y una de sus manos estaba sobre su pecho. — Bueno... No todo.

Pudo sentir las feromonas del Alfa sobre Jimin. Ya había sentido ese aroma en él antes.

— ¿Tú eres Jungkook?

— Si así es. — Extendió una de sus manos. — Jeon Jungkook. — La Omega sujeto su mano, la situación era incómoda.

Había escuchado su nombre pero no recordaba si Jimin le había dicho su apellido.

— ¿Jeon? — Sentía que había escuchado ese apellido antes. — ¿Eres el novio de Jimin?

— Si yo... — Intento poner de pie pero Jimin lo evito. — Lo siento él estaba algo cansado y se quedó dormido.

No le diría lo que había pasado.

— Lo imagino. — Ella también lo estaba. — ¿Me ayudarías a llevarlo a su habitación?

— Por supuesto.

Los dos ayudaron a levantar a Jimin con mucho cuidado, Jungkook lo cargo en su brazos para llevarlo a su cama.

Lo dejo sobre la cama, le quitó los zapatos y lo cubrió con su sabana.

Lo miro por unos minutos hasta que decidió salir, no quería pero debía hacerlo.

— ¿Podemos hablar? — Pregunto Jungkook a la Omega.

— Claro.

Bajaron hasta la cocina donde sirvieron unas tazas de café.

— ¿De que quieres hablar?

— He conocido a Jimin desde hace un tiempo. — Si lo pensaba bien realmente no había pasado mucho, su relación había avanzado muy rápido. — Somos pareja pero no sé mucho sobre él, realmente yo lo amo aún sin saber algo. Pero estoy preocupado por él.

— ¿Por qué? — Se preocupo.

— Creo que usted lo sabe...

La Omega guardo silencio.

— No preguntaré, no lo haré. Solo quiere saber si él esta bien. — Apretó la taza. — Solo eso necesito.

— Ahora lo esta. — Jungkook la miró. — Cuando Jimin era niño perdió a sus padres, su madre era mi hermana, él era un niño tan feliz, pero por cosas de las que no puedo hablar porque eso solo le concierne a Jimin, él se volvió tan frío y serio, sin amigos, sin nadie a quien querer, sin dejarse ser amado. Pero desde que está contigo sonríe y parece tan lleno de vida, sonríe como antes. Es feliz.

Jungkook noto la tristeza y la alegría en sus palabras.

— Cuida de él, si él te ama eso significa que ha salido adelante.

El aroma de Jungkook también le era conocido, pero todos los aromas podían repetirse aunque jamás eran iguales.

— Señora Kim.