Solo ellos dos.

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~ Un mes después. ~

El Omega de tan sólo 15 años caminaba en dirección a su escuela la cual no quedaba lejos de su casa, podía llegar caminando sin ningún problema.

Desde que su padre supo que era un Omega hacia que fuese llevado a todos lados por sus empleados, pero esa vez había logrado convencerlo de ir solo.

Paso por el parque para matar el tiempo que le sobraba ya que por la emoción de poder ir solo había salido antes de tiempo.

La mañana era linda y muy refrescante. Habían algunos niños jugando y las hojas de los árboles se movían con el viento.

Todo iba bien hasta que vio un niño de aproximadamente 10 años sentado en una de las bancas de aquel parque. Miraba en soledad a los niños jugar.

— Hola. — Se acerco. — ¿Por qué no estás jugando?

El niño de ojos oscuros lo miro fijamente. Aquel Omega le pareció tan lindo, era la cosa más hermosa que jamás había visto en su corta vida.

— Yo... — Enderezó su cuerpo. — Yo no quiero jugar juegos de niños tontos.

La verdad era que nadie se atrevía a jugar con él.

— Ya veo. — Rió porque su actitud le resultaba conocida al igual que su rostro. — ¿Estás solo?

— Si. — Lo estaba porqué había escapado de las personas que lo cuidaban. — Aunque no por mucho tiempo.

Dijo esto mientras miraba como su hermano mayor corría hacia ellos.

— ¡Kwan! — Se paró frente a su hermano y lo sujeto del brazo haciendo qué se pusiera de pie. — ¡¿Por qué rayos siempre me haces buscarte?! ¡¿Ah?!

El niño solo lo miro con ojos muy fijos y serios.

Jeen miro con atención a aquel chico que parecía molesto pero también preocupado. Un rostro como el suyo jamás se le olvidaría.

— Oye. — Hizo que lo soltara. — Es solo un niño.

— ¿Quién eres tú para... — Lo miro con atención. — Vaya, eres el Omega idiota del hospital.

— ¿Omega Idiota? — Rió. — Y tú eres el Alfa estúpido que confundió los papeles.

Podrían seguir insultandose pero solo perderían el tiempo.

— Escucha deberías cuidar de tu hermano. — Debía serlo. — En lugar de ser grosero.

El niño no podía dejar de mirar al Omega.

— Ja. — Sujeto a su hermano. — Nos vamos, y espero no volver a cruzarme contigo jamás.

— Espero lo mismo. De hecho rezó para que jamás vuelva a verte.

Así cada quien fue por su propio caminó sin siquiera mirarse una última vez.

~ Un año después. ~

La entrada de aquella preparatoria estaba llena de nuevos estudiantes emocionados por el inicio de clases.

Todos menos uno de ellos. Un Alfa de 16 años con una cara tan seria que parecía estar molesto con el mundo y con las personas que habitaban en el.

Camino por los pasillos en busca de su aula pero con cada paso que daba podía ver cómo todos se alejaban de él. No era porque fuese feo o desagradable. Era porque todos en esa zona de Seúl conocían los rumores sobre su familia.

Claro que nadie se atrevería a mencionar  algo de ello. Y mucho menos meterse con él.

Siempre había sido así. Las personas no decían nada pero la forma en la que lo miraban, la forma en la que se alejaban como si apestara. Todo eso lo hacían ser frío y distante más de lo que ya era.

NO ME TENGAS MIEDO. (KOOKMIN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora