El volcán exhalaba una densa humareda mientras nos acercabas a él, presentando igualmente en su cráter un respaldar anaranjado que iluminaba el crepúsculo. Los diez artilleros del comandante nos sucedían en la marcha, mientras él y su guardia personal nos precedía. Danilo cabalgaba a mi lado, junto a mis compañeros, y una vez estábamos a poca distancia del volcán se inclinó sobre su montura y comentó.
-Espero no malinterpreten la situación, esto no significa que esté dispuesto a aceptar su oferta, solo intento aprovechar esta oportunidad para mostrar que merezco el honor de unirme ejercito real –
-¿Qué honor hay en formar parte del mismo grupo de personas que ese petulante artillero que te humilló? – Comentó Rumsfeld, cuya brusquedad hizo sobresaltar visiblemente a Danilo, quien inmediatamente recuperó la compostura.
-Es el mayor honor que se le puede entregar a un plebeyo, pues indica que ha realizado un gran servicio al reino, y por tanto se le concede el título de caballero, o uno mayor en caso de que su servicio hubiese sido histórico –
-No lo entiendo, si el ejército real se compone por plebeyos que ganaron un puesto en la nobleza ¿Por qué te humillaron por ser un plebeyo? –
-Creo que yo puedo explicarte eso – Mencionó Nostradum después de observar cómo Danilo se tornaba claramente cabizbajo – Lo que mencionan nuestro joven compañero es una práctica que se llevaba a cabo hace ya un par de siglos, pues hace mucho tiempo que no se nombra a un nuevo caballero en este reino; si no estoy mal informado, todo el ejército real de hoy en día es compuesto por los hijos menores de grandes familias, muy abajo en la línea de sucesión, e integrantes de las familias menos importantes del reino –
-Entonces son solo los desechos de la nobleza – Sentenció Rumsfeld.
-Se equivoca, quizá unos cuantos correspondan a esa descripción, pero en su mayoría son los mejores guerreros en su clase y sirven fielmente a las órdenes directas de su majestad protegiendo el reino de invasiones enemigas, o como es en este caso, peligros inminentes –
-Pero aun así hay un gran fallo en tu plan, pequeñajo, ocuparías ser tu quien acabe con la bestia para que el rey considere tu nombramiento, y no creo tengas la menor idea de cómo vencer a esta bestia –
-Por más grande que sea la bestia, sigue siendo solo una bestia ¿Qué tan difícil puede ser vencerla? –
-Te sorprendería saber lo difícil que puede llegar a ser – agregué – Quien sabe, quizá para el final del día te convenzas de unirte a nuestro viaje –
-Lo dudo...-
Justo cuando los últimos rayos del sol acariciaban la cima de las colinas lejanas llegamos a los pies del volcán. Éste lanzaba grandes llamaradas por su cráter, al igual que pequeñas rocas incandescentes y su creciente humareda, cuál si se trátese de un furioso ser.
El comandante Urlacher guio a la comitiva por las laderas del volcán, hasta una pequeña mina de donde, increíblemente, decenas de mineros salían, terminando su jornada laboral.
-¿Aún mantenían a personas trabajando allí? – Pregunté al capitán
-Una vez bajan a la mina los trabajadores están aislados del mundo exterior, por lo que decidí que lo mejor era no informarles de lo sucedido e ingresar por otra ruta a la guarida del dragón; cualquier intento de evacuarlos o de informarles les hubiese provocado pánico. Sin embargo, ahora que han terminado su jornada laborar pueden entrar por este sitio con la certeza que los trabajadores no se verán involucrados en la batalla –
-Supongo que eso significa que usted no nos acompañara a la batalla, comandante –
-He enfrentado con anterioridad a esta bestia, por lo que estoy seguro no les seré de ninguna ayuda, mis conocimientos en tácticas militares resultaron fatídicas y mi rígida personalidad militar creo solo será un obstáculo en su labor –
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Crónicas de un cazador
FantasyAneal es una tierra fantástica, bendecida con una diversidad enorme de biomas donde una igual diversidad de criaturas encuentra su hogar, algunas tan comunes y conocidas para nosotros como liebres, roedores, palomas, aves de rapiña o ciervos, así co...