Capítulo 4: El feudo

1 0 0
                                    

Después de 3 semanas de camino, logramos arribar a las afueras de lo que parecía un gran feudo. Éste, como mucho de los feudos en el resto de la región, se dedicaba en gran medida a la crianza de todo animal que pudiese soportar los fríos inviernos, pues los cultivo servían únicamente como reserva.

La nieve cubría lo que parecían ser los campos de cultivos, y aproximadamente cada 600 pies se observaba una cabaña de madera, también cubierta por un gran manto blanco. Los senderos solo se distinguían, en algunos casos, por el reciente paso de alguna carreta o caballo.

Extrañamente los campesinos reparaban demasiado en nuestra presencia, lo que nos hacía preguntarnos si era porque no eran común los extranjeros o porque no eran bienvenidos. En un principio solo eran miradas algo curiosas, pero el hecho que comenzaran a susurrar mientras nos miraban ahora de forma intrigante me puso en guardia; el aspecto esquelético y enfermizo en los campesinos agregaba algo siniestro en todo eso. Fue tal mi incomodidad que Rumsfeld fue el encargado de dirigirse a un viejo campesino, que arreaba a un grupo de ovejas a su corral, para pedir información.

-Excúseme por interrumpir su trabajo, respetable, pero somos viajeros en busca de algún sitio donde pasar la noche ¿Sabe si hay alguna posada cerca de aquí? –

-Les hubiese creído más si hubieran dicho que el joven era algún importante señor y tu su guardaespaldas, pero ese mazo de tamaño tan exagerado los delata ¿Qué busca un par de cazadores en este humilde feudo? Supongo han escuchado sobre la recompensa que nuestro señor ofrece–

-Lamentablemente no soy consciente de tal recompensa, pero supongo estará relacionada con los rumores de la extraña criatura que asola estas regiones –

-Asolar no es suficiente palabra para describir el horror que el Acranto causa a quien escucha su nombre. Es una bestia terrorífica que surca los cielos, sembrando el terror a donde quiera que vaya. He escuchado que cientos de cazadores han ido tras él y ninguno ha vuelto con vida –

-¿Tan seguro esta que es real? –

-Tan seguro como que el sol sale cada mañana. Esa bestia ha estado matando a nuestro ganado desde hace dos generaciones –

-Si es tan real la amenaza ¿Por qué los señores feudales vecinos no han unido fuerzas para vencerle?–

-Por qué son unos cobardes. Lamentablemente la bestia solo ha mostrado interés en nuestros animales los últimos 50 años, por lo que los demás señores feudales le han restado importancia, tanto que se cree es solo un mito. Igualmente los muy malditos han esparcido rumores sobre nuestro señor, mermando su reputación y nuestros ingresos; ellos no piensas sacrificar a sus tropas cuando pueden sacar provecho a esta situación –

-En pocas palabras les han dejado a morir –

-Es una forma más simple de decirlo. Además solo algunos en este feudo le han visto realmente y han vivido para contarlo, supongo que le hecho que no haya testigos fuera de aquí que lograran esa hazaña ha ayudado a disfrazar esta amenaza como una simple historia fantástica –

-Eso es terrible, pero afortunadamente nosotros no somos tan escépticos como para no creer historias fantásticas ¿Podría indicarnos donde vive alguna de esas personas que vieron a la criatura y vivieron para contarlo? –

-Si buscan recabar información sobre la bestia les sugiero visitar primero a nuestro señor, él ha buscado aniquilar a la bestia desde que apareció en tiempos de su padre, además no sería muy cortes de su parte comenzar a indagar en sus tierras sin haberse presentado apropiadamente. Si siguen este sendero no tardaran en llegar a la parte central de feudo y podrán observar el castillo en lo alto de una pequeña colina –

Crónicas de un cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora