1. ¿Socios?

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—¿Un negocio en el extranjero? —miro de reojo a David—no sé si sea precisamente lo que busco.

—Es cuestión de adaptarse a unos cuántos viajes que tendrás que hacer —el muchacho temblaba y sudaba de una manera bestial.

El olor a terror bautizaba toda la oficina, las buenas vibras estaban muy alejadas de este lugar.

Me aferre a la silla— ¿Porque tanto interés en saber si aceptaré?

El joven iba a hablar, pero el jefe lo interrumpió —Tu padre aceptó la oferta, sería muy bobo de tu parte si no lo haces.

—Claro, con mi dinero podría ser más fácil—rio sarcástico —

Asiente—Confíe en mí, soy sumamente discreto en estos temas.

—Así como mi familia les ha de haber confiado mitad de la fortuna que lleva este negocio.

Sus cabezas parecen procesar a un ritmo alarmante lo que van a decir.

—¿Se endeudaron? —levanté las cejas —¿Se les acabo el presupuesto? O ¿No pudieron robar alguna casucha por ahí? —sonrió de oreja a oreja.

Aprecio el silencio incomodo que acabo de crear.

—¿Ven a mi padre aquí? —toco el asiento que se encuentra vacío—¿No? Yo tampoco—me desplazo en sentido paralelo al escritorio.

—Lo que ocurrió con el señor Barden Hodgson, es algo que lamentamos mucho.

QUE CÍNICO.

—¿Lamentamos? Han pasado 18 años—fruncí el ceño.

Los ojos del jefe se posan sobre mí, quieren asesinarme, estoy seguro que sus manos quieren apretar mi cuello y sus brazos quieren estrangular mi cabeza para colgarlo en su muro cual trofeo.

—Es una larga extensión de trabajo. —voltea a mirarme tratando de no sudar, pero lo único que consigue por mi parte es que niegue con la cabeza —Sin embargo, no creo que el señor Hodgson esté de acuerdo—agrega David.

—Reconozco que sería una buena inversión, pero también podría perjudicarme—meneo la cabeza—denegado.

—Piense con la cabeza fría—el chico me mira enfadado.

—Lo hice. De hecho, lo he pensado más de lo que debería—murmuro—acabó esta discusión —asiento varias veces con la cabeza.

—Vale. Se ve que no podemos ir en contra de su decisión—se levanta el jefe furioso.

Me dan la mano— Si algo pasa en este lugar, no será culpa nuestra a partir de ahora— me advierte.

—Descuide, se protegerme bien ante sus amenazas—aseguré.

David pone su mano en mi hombro para evitar que me descontrole.

—Gracias por su presencia—Menciona Lucy quien ha entrado hace un momento, presenciando atónita todo.

Mi sangre esta manchada por su nombre, mi cabeza ya tiene lugar en su casa y mi familia tiene fecha de muerte.

—Man, tranquilo, solo son un grupo de mastodontes, no les conviene hacerte daño—asegura David.

—No te imaginas, desde que lo vi entrar sentí que lo odiaba—me recuesto sobre el asiento.

David se sienta en el mueble enfrente de mi escritorio.

—Y como no estarlo, después de la junta larga que tuviste con esos tipos. — advierte.

Esas personas solo venían para negociar los trabajos ilícitos de mi padre. Él murió cuando yo tenía 7 años, digamos que tuvo un trabajo poco legal. La ambición por tener más hizo que mi madre termine siendo vendida a un tipo de dinero. Yo estuve presente aquel día.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora