20.Bonita Casualidad.

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¿Lo hizo otra vez? -Joy intenta no atorarse con la magdalena que está comiendo.

-Lo hizo otra vez-Asiento mientras meto otra galleta de vainilla a mi boca.

-¿Todo eso sucedió la semana pasada y no me lo contaste?-pregunta con un tonito un poco ofendido.

-Quería que quedará entre ambos. Pero quería que lo sepas antes de que me vaya.

-Aún falta una semana.

-No-digo dudando-faltan 3 días.

-No lo creo.

-Sabes que si-la miro molesta.

-Bueno, haber si puedes ordenar tus cosas de nuevo.

-¿Que hiciste con mis cosas?

Suspira, -No te tienes que ir solo por un capricho de un chico histérico.

Bajo la mirada -Pero.

-Pero nada, tu no te tienes que sentir culpable por haberte enamorado de ese monstruo.

-Meison tampoco tuvo la culpa-ladeo la cabeza.

Ella me mira asustada y un poco melancólica-¿Quién te dijo eso?

-Eso no importa, solo te lo digo para que te des cuenta que aveces las cosas ocurren de esa manera.

-Es muy diferente Maya.

-¿En que sentido?

Sus ojitos muestran una expresión débil, -Es otra historia.

-Yo creo que es la misma.

Niega, -Volvamos al tema... ¿Porque crees que se marchó?

-No tengo la menor idea.

-Adam , Adam, Adam-dice frustrada.

Pongo un dedo sobre mi boca -shh, No lo invoques.

-Ese chico avanza un paso y retrocede quince -susurra algo entendible.

-No le encuentro sentido.

El foquito de Joy se prende, -Tal vez no le gusta tener conversaciones profundas, por eso se fue.

-Joy, las tuvimos durante todo el camino hacía aquí-aseguro.

-Si no es eso entonces es... -la observo pensar durante unos segundos y antes de que empiese a delirar tomo aire y lo suelto-que estaba nervioso porque quería pedirte matrimonio y como dices que te conoce de toda la vida quizás planeo todo este viaje para conquistarte-Una mueca de confusión salió de mi cara al escuchar semejante atrocidad, no se de donde salían tantas cosas raras de su cabeza.

-Últimamente has estado viendo muchas telenovelas mexicanas verdad.

Encoje los hombros, -No se me ocurre nada más, lo siento.

Río sarcástica mente, - Cree que soy adivina para saber que pasa por su mente.

-Hombres-niega con la cabeza- creen que es nuestra obligación leerles la mente.

-¿No sería al revés? Que los hombres no nos entienden a nosotras-cuestione.

-Así es como debería ser, pero los papeles estan volteados-contesta Indignada.

-Ya, no seas tan dramática. No es para tanto.

-¡¿Como qué no?, tía tu estás delirando -agrega la última frase con voz española.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora