Todo estaba oscuro. Es que solo a mí se me ocurre divagar por este lugar, sabiendo como son las personas aquí. Para mi mala suerte no veo nada. Sin embargo, me quedo inmóvil cuando logro contemplar la sombra de un chico saliendo de una habitación y venía directo hacía mí, tenía miedo de sea alguien con malas intenciones, que quiera hacerme daño. ¿Ves Maya? eso te pasa por curiosa.
En este momento miles de escenarios nada agradables para mi pasaron por mi mente, ninguno de estos pensamientos era buenos para mi humilde persona.
Un frio hizo que me moviera de donde estaba, no sé cómo no puedo estar quieta, necesito moverme, pero por esa persona que estaba justo ahí a frente de mí, no podía.
—Hola—escucho la voz de este tipo, es idéntica y me suena muy familiar a quien yo estoy buscando.
El alma vuelve a mi cuerpo ligeramente— Eres tú—dije poniéndome una mano en el pecho mientras suspiraba dejaba ese miedo que me atormentaba y rápidamente me siento más aliviada.
—Por lo que veo eres muy buena reconociendo voces—escucho sus pasos, se está acercando a mí de una manera entre seductor, tonto... Y tal vez una pequeñísima tensión que en este momento no le tomo importancia.
—¿Quién no reconocería tu horrible voz? —me cruzó los brazos tratando de buscar sus ojos en medio de la oscuridad, acompañado de un pequeño sonido que sale de mis labios.
—Te encanta, no te hagas —cada vez, se comporta más raro o soy yo y mis típicas ideas locas o es verdad.
—Bájale a tus sumos, se puede saber ¿por qué en este ratito que me fui, tomaste demasiado? hasta llegar al punto de estar borracho—lo señalo con mi mano mientras él toma aire enojado—No tengo nada en contra de eso, pero podrías ser un poco más conc...
—Shh—pone un dedo sobre mis labios callándome—¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas? Deja de ser tan irritante.
—No soy irritante, Tú lo eres...
—No lo soy.
Ja, —Aparte de mentiroso, borracho.
—Solo tomé un poco de copas, es todo... No estoy borracho.
—No, para nada— agregue sarcásticamente, el solo sonríe como si no le importará lo que yo piense—te espero en el auto, No tengo tiempo para esto— Quería irme como la chica madura, la que afrontaría la situación como adulta, pero lamentablemente no di ni un paso gracias a que Adam no me dejaba pasar, él idiota no se movía.
Toma mi muñeca rápidamente antes de que pudiera pasar por su costado, —¿Qué pasa?, ¿Quieres escapar de mí?, ¿tan rápido? —suelta una risa, pero no una natural, sino una que pareciese que estaba burlándose de mí, pasan unos segundos y el vuelve su semblante serio mirándome fijo sin haberme soltado—Responde...
—No, no es eso, pero creo que ya estas lo suficientemente tomado, como para seguir en este lugar —me suelto automáticamente, antes de que siguiera con esta pequeña e incómoda escenita—No hay razón para quedarse.
Escucho y veo como lentamente se acerca a mí. Por mi parte, voy retrocediendo poco a poco, dios esto ya no me está gustando, no me doy cuenta de que estoy siendo acorralada hasta que siento como mi espalda se topa con el estante de libros y lo peor es que ya no escucho nada solo como respiran en mi cara.
—P-podrías, alejarte un poco, por favor —siento como mi respiración y la suya se mezclaban entre si, yo lo único que hago es tratar de cerrar los ojos.
—Ya veo, ¿Creíste qué te besaría? —lo escucho reírse sin hacer mucho ruido, en realidad esa idea no había pasado por mi cabeza hasta que el la mencionó— Creías que sería fácil verdad.
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Hasta Encontrarte
RomanceAveces los amores que más marcaron tu vida son los que viviste durante tu infancia, aquellos con momento inolvidables llenos de felicidad y sentimientos verdaderos pero aveces el destino te pone pruebas que tienes que saber enfrentar. Adam un chico...