ADAM
Después un día y medio en el auto tratando de llegar lo más rápido que podía ya que no me gusta la idea de estar encerrado aquí durante más tiempo, estacionando el auto atrás de un árbol que estaba justo a la entrada con un cartel (no le tomamos importancia) salimos un poco a tomar aire, por suerte Maya no tenía problema con eso.
Ella es la única chica que ha comprendido mi situación en absoluto, no ha tenido miedo ni un solo momento en el que estuvimos aquí, lo más probable es que sea por qué no ha perdido a varios seres queridos y siendo tan pequeño como yo, aunque admiro su fuerza.
Después de horas largas y espesas. Nos encontramos sentados en el pasto‒Ven aquí‒la escucho llamar a un animal que se esconde detrás de un pequeño arbusto con flores de un tono color entre rojo y naranja, al parecer es un gatito de color blanco. Este se acerca hasta llegar a su mano, ella lo acaricia con ternura y él se endereza prontamente mientras ronronea con fuerza.
Veo a mis alrededores y no hay nadie‒Todo esto es un desierto, deberíamos seguir el camino.
‒Sí, pero esperemos un momento más, se respira aire puro aquí.
Escucho a poca gente entrando hacia al frente de donde nos encontramos.
‒Creo que llegamos y no requerimos del GPS‒miro al lugar, esto no ha cambiado nada, sus paredes aún son color blanco, las rejas están un poco oxidadas debido a cómo ha ido pasando el tiempo. Lo más importante es que me sigue transmitiendo ese sentimiento de felicidad y nostalgia.
‒Presiento, que quieres entrar‒agrego tranquilamente, ella me da una sonrisa de oreja a oreja.
Dejó todo y la levantó con cuidado para llevarla dentro de aquel lugar que me causaba una ola llena de sensaciones, entre buenas y malas.
La veo correr como una niña pequeña dentro del ambiente, que inesperado, no pensaba llegar en este momento ‒No corras tan rápido, te vas a perder.
Siento como suelta mi mano‒No soy una niña, que te quede claro‒veo que forma un puchero sin darse cuenta.
Levanto la mirada que tenía en el suelo para elevar las cejas luego‒No lo eres, pero obviamente eres muchísimo más pequeña que yo, te puedes meter en cualquier lío y no te encontraría fácilmente.
Me da una mueca de confusión‒ ¿Te seguirás burlando por mi estatura?
‒No me burlo, solo te voy advirtiendo, este lugar es muy grande‒vuelvo a tomarla de la mano hasta jalarla a otro lugar.
La veo mirando al piso a cada momento del paseo, no sé qué tiene, esta rara desde hace 2 días.
Trato de hacerla sonreír ‒ ¿Recuerdas, a la señora de las hamburguesas? ‒me siento mejor al ver que ella sonríe.
‒Sí, creí que nos iba a entender, pero si se creyó el cuento de que estamos juntos y tú que dudabas de mis habilidades de actuación‒se levanta el cabello de atrás con una actitud de diva.
‒No negaré que, si se lo creyó, pero después de eso. Desapruebas el curso de actuación y teatro.
Ambos nos reímos, no nos habíamos dado cuenta que teníamos las manos entrelazadas. Lo noté cuando quería avanzar, pero no podía porque ella estaba totalmente quieta. Su rostro solo mira el piso, no sé porque se comportaba de esta manera, si fue ella misma quien me convenció de venir, creí que sería la más entusiasmada con todo esto.
Al parecer ella se da cuenta que estoy analizando sus acciones y sabe que sé de su preocupación. Trata de evadir todo señalándome hacia un chico de pantalones rojos que vendía algodones de azúcar, yo asiento amablemente y nos dirigimos a donde estaba ese carrito tan llamativo.
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Hasta Encontrarte
RomanceAveces los amores que más marcaron tu vida son los que viviste durante tu infancia, aquellos con momento inolvidables llenos de felicidad y sentimientos verdaderos pero aveces el destino te pone pruebas que tienes que saber enfrentar. Adam un chico...