La Heredera de Ravenclaw y La Cámara de los Secretos

Capítulo 16

Así nos quedamos mirando la puerta hasta que Harry habló.

–¡Miren!–señaló Harry un montón de arañas saliendo por la ventana–Vamos–así salimos de la cabaña

–Sigámoslas

–¿Qué?–protestó Ron

–Ya ves lo que dijo Hagrid, hay que seguirlas

–Se dirigen al bosque prohibido...por qué arañas, porque no mejor dijo mariposas–así, con las protestas de Ron, continuamos nuestro camino hasta que un ruido nos hizo parar en seco

–Algo se mueve por allá...–mencionó Harry, tras unos segundo nos iluminó con unas grandes luces

–¡Harry es el auto!–dijo Ron–Estuvo aquí todo el tiempo, la hierva creció sobre él

–Deberíamos de continuar con el camino–interrumpí, entre menos tiempo estuviéramos aquí mejor.

–Esto no me gusta, no me gusta nada–me quejé, algo que compartíamos Ron y yo era que no nos gustaban las arañas. A él le daban miedo y a mí...digamos que no era fanática de ningún insecto

–¿Podemos regresar ya?

–¡Caminen!–protestó Harry. Pero Ron no se movió, tenía los ojos clavados en algo detrás de mí, ni si quiera pude voltearme ya que de repente sentí como algo peludo me agarraba de la cintura. Intenté forcejear pero era muy fuerte, me faltaba el aire. En cuanto pude enfocar mi vista, observé que no era la única en el aire, Ron, Harry y Fang también eran arrastrados por algo. De un momento a otro, mi cara chocó contra el suelo. Me levanté rápidamente ya que todo estaba cubierto de arañas pero no cualquier tipo de arañas, arañas gigantescas.

—¡Aragog! —decía la criatura que nos había llevado, ahora sabía que era una araña. Definitivamente daría a lavar mi uniforme—, ¡Aragog!–Bueno, pensaba que eran gigantescas pero de un momento a otro apareció una araña diez veces más grande

—¿Qué hay? —preguntó

—Hombres —contestó la otra araña

—¿Es Hagrid?

—Desconocidos —respondió

—Mátalos —oh no...

—Somos amigos de Hagrid —gritó Harry antes de que algo más pasara–¿tú eres Aragog, cierto?

—Sí...Hagrid nunca ha enviado hombres a nuestra hondonada —respondió muy despacio

—Hagrid está metido en un grave problema —contesté— Por eso hemos venido nosotros.

—¿En un grave problema?

—En el colegio han habido varios ataques y piensan que Hagrid está ha metido en... eso. Creen que abrió la cámara de los secretos, cómo antes

–Es mentira...Hagrid jamás la abrió

—Y tú... ¿tú no saliste de la Cámara de los Secretos? —preguntó Harry

—¡Yo! —dijo Aragog—. Yo no nací en el castillo. Vine de una tierra lejana. Un viajero me regaló a Hagrid cuando yo estaba en el huevo. Hagrid sólo era un niño, pero me cuidó, me escondió en un armario del castillo, me alimentó con sobras de la mesa. Hagrid es un gran amigo mío, y un gran hombre. Cuando me descubrieron y me culparon de la muerte de una muchacha, él me protegió. Desde entonces, he vivido siempre en el bosque, donde Hagrid aún viene a verme.

–Pero, si no eres el monstruo, hace 50 años ¿quién mató a la niña?–pregunté

–Las arañas no hablamos de eso...es una antigua criatura a quien tememos muchísimo...