Capítulo 3

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Abrí lo ojos. Al principio todo estaba muy confuso pero en cuento pude enfocar mi vista quise salir corriendo: estaba otra vez ahí. Salí corriendo de lo que solía ser mi viejo cuarto e intenté abrir la puerta principal; estaba completamente sellada.

–¿Te vas tan pronto? Apenas te hemos traído

–Por favor–mis ojos empezaban a cristalizarse–deja que me vaya

–Oh querida pero si soy tu madre...

–¡No! Tú no eres mi madre y él no es mi padre...mis padres se llaman Arthur y Molly Weasley...yo no quiero saber nada de ustedes...ustedes me robaron...me separaron de mi verdadera familia...¡Los odio!

–Escuchaste eso querido, ella quiere creer que nos odia–soltó una carcajada–cielo si nos odiaras ya te hubieras desecho de esa pulsera que te regalamos...–era verdad, realmente había intentado tirarla pero aún dolía...

–Mira mocosa- ese fue mi padre–puede que hayas escapado pero no te librarás de nosotros tan fácilmente...

–¿Quién dice que no?–lo interrumpí–escapé de ustedes y ahora estoy con mi verdadera familia ...ustedes perdieron y seguramente los castigarán por ello...jamás lograrán lo que quieren...son muy estúpidos para lograrlo

–¡CÁLLATE!–me dio una fuerte bofetada, fue tan fuerte que terminé en el suelo–escúchame bien–me tomó del brazo para levantarme–tú vas a hacer lo que nosotros queramos que hagas y en el momento que queramos. Eres simplemente un objeto, un arma a preparar  y pronto, cumplirás tu función con nuestro señor. 

Desperté de golpe, mi frente estaba llena de sudor. Me dolía el rostro y la muñeca...¿era posible? Me levanté cautelosamente para no despertar a Ginny y bajé a la cocina. Inmediatamente vi la pulsera, supe lo que tenía que hacer. Salí por la puerta de la cocina hacia el jardín y me dirigí al cobertizo por mi escoba. Rápidamente me subí a ella y volé hasta el campo de maíz. En cuanto coloqué los pies en el piso, intenté quitarme la pulsera pero realmente era imposible...era como si la hubieran hechizado. Sin pensarlo dos veces, coloqué mi otra mano encima de ella y empecé a imaginar cómo se rompía la pulsera...después de cinco minutos vi cómo cayó al suelo. Aquello me había hecho gastar mucha energía; jamás había utilizado mis dones para eso. Me di unos minutos para respirar y tranquilizar mi pulso. Después de ello, tomé la pulsera y la lancé con todas mis fuerzas a uno de los estanques que se encontraban cerca; subí a la escoba y volé de regreso a la madriguera, al llegar la dejé en el cobertizo y entré por la misma puerta de la cocina. Cuando me voltee para cerrarla, la luz se encendió.

–Cielo–era Molly–¿estás bien? ¿a dónde has ido?–no tenía cara para voltear, no sabía qué responder.

–Sarah nos tenías preocupados...–oh no, también estaba Arthur...¿Molly lo había llamado a su trabajo? Fue entonces cuando miré el reloj y me di cuenta que había pasado más tiempo del que yo pensaba. Realmente mi intensión nunca fue preocuparlos tanto...

–Yo...yo...–realmente me había quedado sin palabras–lo siento...–me volteé

–Dios...¿qué te pasó cariño? Tú rostro...–me vi en el reflejo de la ventana: tenía todo el pómulo morado. Eso quería decir que...sí, también mi muñeca estaba morada

–¿Acaso eso es un golpe?–preguntó Arthur. Era demasiado que procesar y no pude más, me solté a llorar. Molly no esperó más y me sumió en un abrazo; Arthur no tardó en unirse. Me sentí tan débil que si no me estuvieran sosteniendo, ya me hubiera desvanecido. En cuanto me tranquilicé, me llevaron a la sala y Molly comenzó a poner hielo en mi pómulo

–Me siento un poco débil–confesé, no quería desmayarme y aumentar su preocupación

–Ten cariño–Molly me entendió una barra de chocolate–te hará sentir mejor

–Gracias– en cuanto me la acabé, Arthur no tardó en hablar.

–Cielo...necesitamos saber qué fue lo que te pasó

–Yo...realmente no estoy segura–confesé–estaba dormida y de repente aparecieron ellos y empezaron a decir muchas cosas, luego dije algo que no le agradó y me dió una bofetada...después me tomó muy fuerte de la muñeca y empezó a decirme muchas cosas...dijo que yo sólo era un objeto...un arma. Cuando desperté me dolía el rostro y la muñeca y volé hacia el campo de maíz para tirar su estú...tonta pulsera...

–¿Quienes aparecieron?

–Mis...padres...bueno, las personas que me hicieron creer que lo eran. Ellos fueron los que me robaron y regresaron...

–Sarah–habló Arthur– te prometo que buscaremos una solución para todo esto y que no te volverán a hacer daño cielo–acarició mi mejilla–ahora ya es tarde y tenemos que terminar de curar esa heridas pero te prometo que buscaremos una solución...¿ok?–asentí

–Vamos cielo–Molly me llevó a su habitación y ahí empezó a curarme. Mi muñeca realmente estaba muy morada en este momento, siempre había sido muy delicada. Intenté moverla y hacer lo que  me pedía pero el dolor realmente era muy fuerte. No esperó más y colocó una pomada y posteriormente un gel...el dolor empezaba a atenuarse; sacó una venda y empezó a girarla por toda mi muñeca y parte de la mano. También puso la misma pomada y gel  en mi pómulo. 

–Aquí está Molly

–Gracias Arthur–el Señor Weasley había subido lo que parecía un té .

–Tómatelo cariño, te ayudará a dormir–en cuanto me lo acabé, me recosté en el lugar de Molly–Intenta dormir–comentó– lo necesitas.  No tienes nada que temer, estamos aquí. Todo va a estar bien...–empezó a acariciar mi cabello y poco a poco sentí cómo mis párpados pesaban. Poco a poco, todo se volvió oscuridad. 

AN: He cambiado la portada, me parece más linda. 

La Heredera de Ravenclaw y La Cámara de los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora