La Heredera de Ravenclaw y La Cámara de los Secretos

Capítulo 9

–Déjenme presentarles–comentó desde arriba de las escaleras– a su nuevo maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras...yo–definitivamente Lockhart estaba más que chiflado– Caballero de la Orden de Merlín, de tercera clase, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las Fuerzas Oscuras, y ganador en cinco ocasiones del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista Corazón de bruja, pero no quiero hablar de eso. ¡No fue con mi sonrisa con lo que me libré de la banshee que presagiaba la muerte!–soltó una risilla

—Veo que todos han comprado mis obras completas; bien hecho. He pensado que podíamos comenzar hoy con un pequeño cuestionario. No se preocupen, sólo es para comprobar si los han leído bien y cuánto ha asimilado...–espera...¿los teníamos que leer?—tienen treinta minutos. Ya pueden comenzar

¿Cuál es el color favorito de Gilderoy Lockhart?

¿Cuál es la ambición secreta de Gilderoy Lockhart?

¿ Cuál es, en tu opinión, el mayor logro hasta la fecha de Gilderoy Lockhart?

Esto era una completa tontería. Miré a Mandy y sí, por supuesto que ella había leído todos libros y retenido su información, estaba loca por ese profesor. Le supliqué con la mirada y asintió. Coloqué mi mano sobre la de ella y obtuve un poco de información pero sólo un poco ya que realmente se me hacía absurdo pero no quería dejarlo todo en blanco. Al pasar la media hora, nos los recogió

—Vaya, vaya. Muy pocos recuerdan que mi color favorito es el lila. Lo digo en Un año con el Yeti. Y algunos tienen que volver a leer con mayor detenimiento Paseos con los hombres lobo. En el capítulo doce afirmo con claridad que mi regalo de cumpleaños ideal sería la armonía entre las comunidades mágica y no mágica. ¡Aunque tampoco le haría ascos a una botella mágnum de whisky envejecido de Ogden!... pero la señorita Mandy Broklehurst sí conoce mi ambición secreta, que es librar al mundo del mal y comercializar mi propia gama de productos para el cuidado del cabello, ¡buena chica! De hecho —dio la vuelta al papel—, ¡está perfecto! ¿Dónde está la señorita Mandy Broklehurst ?

Mandy alzó su brazo

—¡Excelente! —dijo Lockhart con una sonrisa— ¡Diez puntos para Ravenclaw! Ahora, es mi trabajo armarlos contra las más feroces criaturas conocidas dentro de la magia. Puede que sea aquí donde enfrenten su miedos más profundos. Por favor, absténganse de gritar ¡Pueden enfurecerlos!–quitó la manta de una jaula y habían unas pequeñas criaturas que realmente no sabía nombrar–duendecillos de Cornualles recién cogidos...¡veamos qué pueden hacer con ellos!–inmediatamente abrió la jaula y nuestra pesadilla comenzó. Aquellas criaturas eran perores que  Fred y George después de una buena dosis de azúcar. Terry estaba luchando con algunos que se colgaban en su túnica y mientras yo intentaba de alejarlos del cabello de Mandy. En cuanto sonó la campana no dudamos en salir inmediatamente del aula

–Qué desastre–dijo Terry

–Sólo quiere que obtengamos más experiencia práctica...ha hecho muchas cosas asombrosas Terry...

–Eso es lo que dice...

Los días continuaron y realmente no hubo una gran mejoría en las clases de Lockhart, tan sólo empezaba la segunda semana y los profesores ya nos habían inundado de deberes. Todas las tardes asistía al taller de arte con la profesora Burbage, empezamos el curso con carboncillo. Solía pasar de tres a cuatro horas ahí por lo que en muchas ocasiones terminaba haciendo los deberes en el Gran Comedor. No me preocupaba faltar con algunas tareas ya que mis notas en los exámenes solían ser sobresalientes por lo que, al no entregar algunas tareas, quedaba simplemente en notas buenas y aprobatorias; nunca en mi vida había destacado en lo académico y prefería seguir así. Por otra parte, me había presentado a las pruebas de Quidditch como le había prometido a Cedric y realmente me había ido muy bien, me habían dado un puesto como cazadora.Estaba caminando hacia el dormitorio después de la clase de arte cuando empecé a escuchar una voz