-CAPITULO 17- (corregido)

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Un mes después volví al trabajo, me acerqué con un paciente para que le diera una próxima cita a la recepción. La recepcionista me dio un papel con una dirección.

-Kate, tienes una visita a domicilio.- dijo la recepcionista.

-¿A domicilio?- pregunté confundida. -Si nunca lo he hecho.- le dije.

-Lo sé, no es costumbre pero la persona no puede salir y es diabética.- contestó la recepcionista.

-Está bien, dame el nombre y la dirección e iré.- dije resignada.

-Se llama Jason Clark.- dijo la recepcionista dándome el papel con la dirección.

-De acuerdo ¿quiere que vaya con Ryan?- le pregunté.

-No, quiere que vayas sola.- contestó la recepcionista.

-Vaale.- dije extrañada.

Cogí mi maletín con el glucómetro, el tensiómetro y mi material. Fui acompañada por Mark. Treinta minutos después llegamos a una mansión, llamamos al timbre y nos abrió un hombre alto, guapo y fuerte de más o menos de mi edad.

-¿Jason Clark?- preguntó Mark sorprendido.

-¿Os conocéis?- pregunté confusa.

-Trabajamos juntos en la misma empresa de seguridad.- contestó Mark.

-Ósea que es guardaespaldas.- dije lo obvio.

-Sí.- dijeron los dos a la vez.-

-La señorita Harris la espera, señorita Morgan.- dijo Jason.

-¿Cómo que me espera?- pregunté confusa. -¿No voy a tratarle a usted?- pregunté.

-Lo sabrá enseguida.- dijo Jason sin responder a mi pregunta.

-¡NO!- grité. -Si no es por trabajo, nos vamos.- dije enfadada y dando media vuelta.

-Emily Morgan.- dijo Sophia acercándose a nosotros.

-¿Qué?- pregunté con un nudo en la garganta. Me giré a mirarla y con lágrimas en los ojos. -Ella está muerta, lo que tenga que decir, mejor ahórraselo.- dije llorando.

-Está viva.- dijo ella.

-Eso no es cierto, ya la vi, en la cama muerta.- dije llorando.

-Estaba inconsciente.- dijo ella.

-¿Cómo sabe eso?- pregunté llorando.

-Porqué soy yo.- dijo ella.

-NOOOO, ESO NO ES CIERTO, YO LA VISITO EN SU TUMBA TODOS LOS MESES.- grité histérica.

-¿Viste su cuerpo en el ataúd?- preguntó ella.

-No.- dije llorando. -¿Cómo sé que eres mi hermana?- pregunté llorando.

-Por el tatuaje.- dijo enseñándome el tatuaje del símbolo infinito con las iniciales E y K en la muñeca izquierda.

-Ella y yo teníamos un código secreto que nadie sabía ¿cuál es?- le dije.

-Acariciar con el dedo índice alrededor del dobladillo de la oreja y un toque en la punta de la nariz de la otra.- contestó.

-¡Eres tú!- dije llorando de la emoción. La abracé muy fuerte y seguí llorando. No lo podía creer. Estaba viva.

-¿Qué has estado haciendo todo este tiempo?- preguntó mientras entrábamos en la mansión.

-Preparar mi venganza contra papá y esa zorra.- contestó.

-Están muertos.- le dije.

-¿Qué?- preguntó confusa.

-Los dos murieron intentando matarnos a mamá y a mí.- contesté.

AMOR DULCE (CORRIGIDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora