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  Una vez que dejé las hojas en la sala de profesores, corrí hasta la salida donde Kita y Aran-san me esperaban en la entrada para volver a casa. Mi cara seguía mostrando la molestia que me dio esa discusión con el idiota de Osamu Miya. ¿Por qué no se olvidaba de mi existencia como lo había prometido? ¿Por qué parecía tan insistente en acercarse a mi en la preparatoria? ¿Por qué me tenía que pasar esto a mí?
  Llegamos a casa, fui a mi habitación y me desplomé en el futón. Honestamente, necesitaba calmar mis ánimos de querer matar a alguien antes de siquiera ponerme a hacer mi labores domésticas. Puse algo de música para ayudarme a relajarme, conecté los auriculares y salí de mi habitación. Me gustaba limpiar el lugar mientras escuchaba música, me ayudaba a no querer dejar de limpiar a los cinco minutos. Hoy limpié la cocina, la entrada de la posada, los pasillos y los baños femeninos (una vez me había puesto a limpiar los masculinos y por poco no engancho la hora del baño).

   —Veo que estás más calmada ______________ —dijo Kita, en cuanto entré a la cocina en busca de agua—, ¿quieres explicarme qué pasó en la escuela?
   —No quiero hablar del asunto Kita —saqué una botella pequeña de agua y la abrí—, ya limpié casi toda la posada.
   —Terminamos de limpiar toda la posada —me corrigió, significa que se había encargado de los baños masculinos—. ¿Ya decidieron quién iría en qué competencia para el festival deportivo?
—Sí, estoy en la carrera de relevos mixta y la carrera de obstáculos —respondí, luego de darle un trago a la botella de agua—. ¿Qué hay de su año? ¿Cómo se manejan para el festival?
—Los que estamos en clubes deportivos tenemos que elegir un deporte que no practiquemos en la escuela —comenzó a explicarme—, el resto puede hacer pruebas similares a los de primero o intentar lo mismo que nosotros. Por primera vez, me fui a algo que nunca esperarías que hiciera.
—¿Harás kyūdō para el festival? —Kita me miró con una cara de sorpresa—. Aran-kun me comentó ayer que lo considerabas, supongo que aceptaste.
—Sí, quería pedirte si podrías enseñarme lo básico el jueves —notaba en sus ojos que se sentía inseguro, al momento de intentar hacer este deporte y no lo culpo. Se trata de un deporte muy ceremonial y al mismo tiempo mucha preparación, le dediqué una sonrisa y asentí para tranquilizarlo—. Gracias __________, de verdad lo aprecio.

Como era martes, hoy me tocaba cocinar tanto para la familia como para los huéspedes de la posada. Nuestro cocinero había llamado en la tarde, mientras estábamos en la preparatoria, avisándonos que su hijo estaba resfriado y que no vendría para el servicio de la noche. Además, la abuela tenía un dolor de espalda insoportable desde el fin de semana, por lo que la responsabilidad recayó en mí para preparar la comida.
Recordé los consejos que Nanashima-senpai me había dado por si pasaba esto mismo, su familia maneja un comedor familiar en la zona comercial de la ciudad, así que tenía algo de experiencia. Me mantuve calmada, observé atentamente las recetas que el chef había dejado a mi disposición y me movía como loca en la cocina. Mi primo no se atrevió a asomar su rostro, con intensión de darme una mano, posiblemente pensando que me molestaría o algo por el estilo.
Adaptarme al ritmo no fue la parte complicada, sino el tener en cuenta los tiempos para las distintas preparaciones. ¿Por qué el chef había decidido preparar carne de Kobe y ikanago no kukini justamente hoy? Tener que estar atenta a que no se me pasaran los puntos de cocción, que tuviera bien la medida de los acompañamientos, tener el pensamiento de que (lo más posible) todo terminara en desastre y varias cosas más.

Por suerte, logré preparar todo, sin que ningún huésped terminase intoxicado o que pida asistencia médica. Hasta la abuela me felicitó por tomar las riendas del asunto, reconocí que todavía me faltaba mucho para poder tener el nivel del chef. Los días pasaban y la rutina pareció más tranquila que antes. Cada día que me separaba del festival deportivo se volvía más corto, apenas si me daba cuenta que faltaban como cuatro días para eso. El jueves, después de mis prácticas de club, ayudé a Kita a prepararse para el festival: le expliqué las bases del kyūdō, como hacer el shahohassetsu y algunos consejos para que tome en cuenta.
Nuestra preparación para el festival (la clase 1-6), era en cuestiones individuales. Igarashi-chan estaba haciendo unas vueltas alrededor de la escuela, mientras yo le tomaba el tiempo. Ella estaría en la carrera de 100 metros y en el salto en alto, tenía todas las aptitudes para conseguir el primer lugar en ambas disciplinas.

Todo comenzó por un onigiri (Osamu Miya x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora