🍙 Final

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  No voy a mentir, la pregunta de Osamu me dejó sin palabras. Claro que no dudé en cuanto Suna me dijo sobre este petición de un extraño conocido era él, pero jamás se me hubiese cruzado por la cabeza que se trataría de esto en específico. Había estado pensando en mis sentimientos hacia el peligris, la verdad reflexioné hasta que la cabeza me explotó de tanto pensar. Llegué a la conclusión de que realmente amaba al maldito de Miya, además tuve una larga charla tendida con Igarashi-chan quien no paraba de decirme "te lo dije".

   —Supongo que te tomé por sorpresa... —respondió Osamu, intentando levantarse pero lo sostuve de los hombros—. ¿___________?
—Sí, acepto tu propuesta Miya Osamu —respondí con una pequeña sonrisa, en lo que Osamu me ponía el anillo en el dedo—. Admito que me tomaste por sorpresa, honestamente no estaba segura como responder a eso. Te salteaste la parte del noviazgo.
—Bueno, considerando la loca historia que tuvimos, me pareció que ya vivimos una loca vida de novios —sin avisarme (tal cual lo hizo con la propuesta) me besó en los labios—. Ya organizaremos escapadas para ver Tokio.
—Ni se te ocurra, Osamu —sentíamos las vibras oscuras de Shinzuke detrás de nosotros, podía sentir como Osamu temblaba de miedo—. Si llego a enterarme de que te escapaste de los entrenamientos para acostarte con mi prima...
—¡Ya Shinzuke! Tampoco seas tan literal —escondí mi rostro sonrojado en el pecho de mi prometido.

Los del equipo de voleibol parecían festejar un gran festival, supongo que yo era la única que no supo sobre la propuesta de Osamu. Hasta Atsumu se me acercó y amenazó a su hermano de no cometer una estupidez, ya que no solo tendría que enfrentar la furia de mi primo, sino que también dormiría como un perro afuera de la casa. Yo solo contenía las risas con respecto a como cada uno de los dos equipos se acercaban para felicitarnos y seguir con las amenazas.
En los siguientes meses, la noticia de nuestro compromiso llegó a los oídos de todos los alumnos de la preparatoria. Kamitani-senpai prometió preparar un banquete en nuestra boda completamente gratis, en compañía de Nanashima-senpai. Para cuando conseguí sentirme más calmada ante las felicitaciones y demás, ya estábamos de camino al torneo de Tokio.

Nosotras escalábamos mediante a las victorias en los partidos, apenas si me daban las energías para competir y llegar al hotel despierta. Luego me enteré que los chicos no habían conseguido ganar su partido, el primero que jugaban en el torneo, perdiendo dos sets a uno contra los representantes de Miyagi. Yo solo miraba algunas jugadas de vistas fugaces, ya que nosotras jugábamos en la cancha anexa.
Nifuji-kun nunca se presentó desde que me propusieron matrimonio, me preocupó no saber de él después de tanto tiempo. Intenté llamarlo y nadie me contestó las llamadas, pensaba que se les descompuso el teléfono o habían cambiado el número. En cuanto regresáramos a Hyōgō iría a la granja de su familia a preguntar por él. El equipo tampoco fueron capaces de contactarlo, intentaba evitar de imaginar lo peor.

—¿Todo en orden? —preguntó Osamu en una ocasión, cuando paseábamos por uno de los parques de Tokio en nuestro día libre—. Estuviste decaída desde que pasaron los cuartos de final.
—Es por Nifuji-kun —miré al cielo estrellado sobre nuestras cabezas—, temo que le haya pasado algo malo.
—Quizás quiso tomarse un tiempo para él —dijo restándole importancia—, los chicos a veces quieren tener un tiempo a solas...
—Pero él no es así —respondí alejándome un poco de su pecho, sintiendo el aire frío de invierno—, ni siquiera le escribió al equipo para saber porqué no nos acompañó.
—Te diré que —añadió Osamu—, cuando volvamos te acompañaré a su casa y averiguaremos que pasó.
—Gracias, significa mucho que dejes tu orgullo de lado —él hizo una cara de choqueado, probablemente le haya dado en su gran ego—. Vamos, ¿crees qué no me di cuenta que se combatían con Nifuji-kun?
—Pues... No —yo me carcajeé ante la honestidad de Osamu.

Regresamos después de conseguir el segundo lugar en el torneo de primavera, el cual siempre fue el puesto que obtenía el equipo masculino. Muchos dijeron que el acontecimiento sería conocido como "la venganza a los subcampeones nacionales". De regreso en Hyōgō, el padre de Nifuji-kun me pidió que lo acompañase a su casa para hablar sobre su hijo. En ese momento sentí que la piel se me erizaba del miedo.
Me subí en su camioneta y manejó hasta llegar a la granja, veía a la hermana menor de Nifuji-kun mirarme con odio y a su madre con un semblante serio mortal. Yo solo me sentía confundida ante la situación tan tensa a la que me enfrentaba. Pase a la sala de estar, donde en una pequeña habitación conectada por unas puertas corredizas mostraban un pequeño butsudan. Después de unos minutos sumidos en el silencio, el padre de Hiro me explicó que su hijo se suicidó hace unos dos meses atrás, dejándome una carta para que la leyera en cuanto regresase del torneo.
Al principio, quise pensar que me estaban jugando una broma de mal gusto, pero en cuanto abrieron el butsudan me quedé muda. Había un cenicero junto a la fotografía de mi amigo, sentí las lágrimas recorrer por mis mejillas. Les pregunté a sus padres si me permitían despedirme como era debido, noté que su madre quería correrme a patadas de su casa, pero su marido la detuvo y me dio unos minutos para rezar por el espíritu de su hijo.

Todo comenzó por un onigiri (Osamu Miya x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora