🍙 07

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—¿____________? —de apoco iba abriendo los ojos, me encontré con la cara de Kita frente a mi—. Despertaste, ¿cómo te sientes?
—Bien, solo que siento un olor penetrante y además mareada —llevé una mano a mi cabeza, al tiempo que me incorporaba lentamente—. ¿En dónde estoy?
—En la enfermería —respondió mi primo, quien estaba sentado en una silla frente a mí—. Uno de tus senpais te encontró desmayada en el suelo del club de cocina, porque iba a conversar con los de limpieza. Se sorprendió al verte allí.
—¡La limpieza profunda del club de cocina! Lo olvidé por completo —eso era lo que sentía que me estaba olvidando y no conseguía recordar—. Me siento una completa idiota, Nanashima-senpai me lo dijo tres veces la semana pasada.
—¿Quién? —preguntó Kita, con una ceja alzada. Sino fue Nanashima-senpai quien me encontró en la sala de cocina.
—La presidenta del club, Nanashima Reiko de tercer año —respondí a su pregunta.
—El que te encontró fue el mismo chico de aquella vez, en donde Ojiro y Akagi no paraban de enloquecer con la comida que prepararon en conjunto.
—¡¡¿Kamitani-senpai me trajo hasta la enfermería desde la sala de cocina?!! Que vergüenza —quería ocultarme en las sábanas de la camilla, por lo roja que debería estar mi cara.
—No sabía que Akagi-san estaba en la misma clase que él —mencionó Kita con cierta sorpresa en su voz—. Pasó corriendo por los pasillos, cargándote en brazos y Akagi le preguntó que pasó.
—Dios, no me imagino la vergüenza que pasó Kamitani-senpai —sentía como si una capa medio oscura me rodeaba el cuerpo—. Por cierto, ¿qué hora es?
—Son las 12:30, estamos en el horario del almuerzo —respondió él, mientras se levantaba de la silla—. Vino una chica más temprano, dijo que se llamaba Igarashi y está en tu clase. Me pidió que te dijera que la buscaras en cuanto la enfermera te diera el alta.

  Me incorporé de la camilla y noté que mi pelo estaba suelto. Kita me pidió que me sentara en el silla donde él estuvo antes, le hice caso y comenzó a peinarme y atarme de nuevo el cabello. No tengo la más mínima idea del porqué lo hacía, pero no era quién para decirle lo que tenía o no que hacer. Cuando terminó, fui a mi salón en busca de Igarashi-chan, pero quien me esperaba en el interior solo me empeoró el ánimo. Veía a mi amiga conversando con los gemelos Miya, vaya a saber de qué. Por suerte yo los vi, pero ellos no me vieron a mí.
  La puerta estaba abierta, así que podría escuchar la conversación que tenían sin necesidad de mostrarme ante ellos directamente. Sé que no es lo correcto, aún que lo más probable era que si los encaraba y les preguntaba sobre qué hablaban, evadirían la pregunta y no quiero eso. Me apoyé sobre la pared próxima a la puerta y presté atención a las palabras de todos los involucrados.

   —Por favor, Igarashi. Sólo quiero su nombre —protestó Osamu, mientras su gemelo traqueteaba con su pie—, no es que te esté pidiendo su dirección.
   —Hoy en día no hay diferencia —contestó mal mi amiga—, es lo mismo si te doy su nombre o dirección. Tarde o temprano terminaría igual y, dejame decirte Osamu, que no tiene una buena imagen tuya.
   —Seguramente me toma por este imbécil —escuché un "¡Oye!" de parte de Atsumu, ¿acaso había alguien más qué conociera a los gemelos de antes y tuviese una idea terrible?—, es lo normal. Dime el nombre y aclararé las cosas.
   —Bueno, tienes razón en que Atsumu es un idiota...
   —Oigan, por si no lo notaron, estoy aquí —dijo Atsumu bastante ofendido.
   —Pero no es la confusión entre gemelos. Ella está consciente de quién es quien y de los dos, a quien no soporta, es a ti Osamu.
   —¡Wow! —dijo Atsumu sorprendido—. Ahora yo estoy con ganas de conocerla, es la primera vez que 'Samu no puede echarme la culpa por las confusiones físicas.
   —No le daré ninguna información a nadie —sentenció mi amiga—, además les advierto que no intenten buscarla por terceros, porque no lo van a conseguir.
   —Sé que habrá alguna manera de encontrarla, ya sea con tu ayuda o sin ella —muy bien, creo que es momento de interferir en esta conversación—. Dile que no descansaré hasta saber quién es.
   —¿Interrumpo algo? —pregunté en el umbral de la puerta, los tres dirigieron su mirada hacia mí: los gemelos con una cara de sorprendidos y mi amiga se mostraba algo nerviosa—. Me dijeron que querías verme ni bien saliera...
   —¡Seki-chan! Me alegra de que estés bien —se acercó a darme un abrazo—. Necesito hablar contigo lejos de aquí —me susurró al oído y se separó para encarar a los hermanos Miya una vez más—. Será mejor que se vayan, antes de que llegué el representante de clase. Es algo excéntrico con ver alumnos de otros cursos en nuestro salón.

Todo comenzó por un onigiri (Osamu Miya x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora