Ittoki-kun parecía pertenecer a la isla, era como ver a otro de muchos de las personas locales que nos habíamos cruzado el día entero. Piel bronceada, cabello castaño claro, ojos color arena, alto y musculoso. Traía puesta una camisa blanca y azul abotonada (pero dejando a la vista su torso), un traje de baño largo color gris y unas sandalias simples. Me levanté de mi cómodo lugar y saludé como se debía.
—Es un placer, yo soy Seki _______ —me presenté con una reverencia—. Él que parece estar distraído con su celular es Suna Rintaro.
—Bueno, ya te la presenté. Quiero mis ¥10.000 —miré a mi amiga sin creer lo que decía—. Él creyó que inventé tener una amiga mestiza hermosa...
—¡Kae-chan! —miré a mi amiga con una cara muy molesta.
—Me disculpo, suele inventar historias para evitar las burlas de mis hermanos —dijo Ittoki-kun—. Aún que, yo también me incluyo en esa categoría.
—Al menos me alegra de que no se comporte así solamente conmigo —dije con unas pequeñas risas, mientras detrás de Ittoki-kun, veía las caras serias mortales de Nifuji-kun y Osamu-kun.Tanto el castaño como el peligris, se acercaron con paso pesado a donde nos encontrábamos y claramente con intensiones no tan inocentes hacia el chico que tenía adelante (y no, no me refiero a Suna). Incluso si mostraban una sonrisa tan falsa hacia el primo de mi amiga, sabía perfectamente que internamente estaban pensando en como meterlo en un saco y lanzarlo al mar. Mi amiga rubia se tiró al lado de Suna, quien al principio no sabía si sacarla, pero no dijo nada y continuo con su siesta.
No pasaban las tres de la tarde y sentía que necesitaba relajarme un rato. Así que invité a Kae-chan para entrar al mar y dejamos al Monte Testosterona en su punto crítico. Disfruté estar en el mar, sentía mi cuerpo tan refrescante después de estar tantas horas bajo el sol. Para cuando volvimos al hotel, acordamos con el grupo de las chicas ir a otra playa a unos pocos kilómetros de Naha mañana. De paso, también conocería al resto de la familia de Kae-chan, porque estaban impacientes por conocerme (al menos es lo que Ittoki-kun dijo).Al día siguiente, nos levantamos relativamente temprano, tomamos el primer autobús que pasó por el hotel y fuimos a un pequeño pueblo al norte de Naha. Tuvimos una hora y media de viaje, en cuanto llegamos, le tuve que pedir ayuda a los chicos para despertar a Suna o que lo cargaran entre los dos, porque mi amigo castaño me utilizó de almohada en todo el viaje. El mar era más movido que el de la playa en Naha, perfecto para hacer surf. Había algunas personas haciendo calentamiento antes de subirse a las tablas y otras que ya montaban las olas.
—Como extrañaba esto —comentó Nifuji-kun—, ¿sabes si se pueden alquilar tablas Ittoki-kun?
—¿Y tú desde cuándo surfeas? —pregunté sorprendida hacia mi amigo—. Pensé que apenas salías de Kobe.
—Oye, también tuve momentos de vacaciones, aún que no lo creas —respondió con una sonrisa, mirando a Osamu a mis espaldas—. ¿Qué me dices Miya? ¿Te sumas a una pequeña competencia?
—¿Por qué no lo hacemos con condiciones en donde ambos estemos a mano? —dijo Osamu, mirando a su alrededor. Detuvo su mirada en una pequeña cancha improvisada de voleibol de playa—. ¿Un pequeño partido de voleibol playero?
—Bueno, no estaría mal... —ambos echaron un vistazo a Suna y a Ittoki-kun, me compadezco de ambos por el infierno que les harían pasar.
—Ven ___________, vamos al negocio de mi familia mientras tienen su pelea de hombres —Kae-chan me arrastró unos cuantos pasos, alejándonos de los chicos. Les di las gracias internamente.Mientras nos alejábamos de los chicos, veía que había una tienda para alquilar equipo de deportes acuáticos. En un segundo, tuve la imagen de una de las pocas fotos que tengo de papá: era de cuando tenía mi edad y había entrado en un concurso de windsurf en Australia. Esa foto parecía de un modelo haciendo acrobacias acuáticas. Le insistí tanto a Kae-chan, para dejarme alquilar una tabla de surf para mí. Había tomado clases una vez que fui de vacaciones con mis tíos y primos a una playa de la prefectura hace unos pocos años.
Después de algunos suspiros agotados de mi mejor amiga, accedió a darme una hora para disfrutar de las olas de Okinawa. No voy a mentir, no fue sencillo surfear con el oleaje que tenía, pero disfrute cada segundo que estaba sobre la tabla, incluso si me caía más de no estar más de tres segundos sobre ella en varias ocasiones. Cuando la marea me lo permitía, echaba un pequeño vistazo a la zona de la playa, donde los chicos tenían un partido de voleibol playero. Eran Ittoki-kun y Hiro-kun contra Suna y Osamu. Ver la cara de frustración de Suna, al darse cuenta que era muy distinto al voleibol que conocía y podía saber como moverse; al pobre de Ittoki-kun, quién se vio en medio de la competencia entre mi amigo y mi antiguo enemigo; y Nifuji-kun, al igual que Osamu, tirarse miradas mortíferas entre sí me era extraño. Aún que, si me preguntasen por un motivo, no tendría ninguno para justificar este sentimiento.
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Todo comenzó por un onigiri (Osamu Miya x Reader)
FanficSe conocieron en su infancia, pero algo terminó por separarlos, creando una brecha entre los dos. Por cosas del destino, se reencuentran en la preparatoria aún que las cosas cambiaron en muchas formas. ¿Quién sabe? Por ahí, haya algo que termine por...