Capítulo XV

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En serio que estoy sorprendida. No puedo creer que me haya enamorado aún, estoy muy enojada conmigo misma. ¿Por qué? Porque verdaderamente me estoy haciendo muchas ilusiones, cosa que no me gusta, y luego voy a sufrir porque no lo volveré a ver.

Ayer fui a la biblioteca, a devolver el libro y hablar con Ivy. Y aunque siga sin querer admitirlo, también fui con ganas de ver a Matthew.

— Hola Ivy, vine a devolver esto —dije dándole el preciado libro.

— Rosie! —dijo pasando el mostrador para abrazarme.

— Oye, muy lindo todo pero me asfixias! —dije bromeando.

— Upps! Lo siento —se rió— es que te extrañé mucho nena.

— Yo también amiga —se siente tan lindo poder llamarla así— Ya basta de escenas y cuéntame que es de tu vida

— Ya sabes, voy al colegio de mañana y en la tarde estoy aquí. Mi vida es un embole, no hay cambios. Y qué hay de ti?

— De mi nada nuevo, voy al colegio tambien y es todo aburrido. Nadie me mira, es como si fuera invisible. Así que es siempre lo mismo. Ya me acostumbré no te preocupes  —le dije cuando vi que su cara pasó de tener una sonrisa a estar totalmente seria.— Y ademas de eso, leo. Esa es mi vida, más aburrida que la tuya —dije riendo.

— Ya, debemos juntarnos más seguido. Luego de las 6:30 que cerramos la biblioteca, quieres salir al parque? —sugirió Ivy.

— Me encantaría! —exclamé y Ivy volvió a abrazarme.

Cuando por fin me soltó, fui a buscar otro libro. Bueno está bien, salí a buscar a Matthew. Es que es una biblioteca muy grande, con muchas góndolas llenas de libros. Y pensé que tal vez el podría estar por allí. Fui desde los libros de terror y suspenso, los cuales odio, hasta los infantiles.

Me di cuenta que Ivy notó que no estaba solamente buscando libros, pero no hizo mas que sonreirme y seguir con la computadora, lo cuál fue un alivio para mí.

No habían rastros de Matt, pero pensé que quizá podría ir más tarde, así que se me ocurrió una idea. Tomé un libro al azar para disimular mi búsqueda y me dirigí al mostrador.

— Ivy, falta media hora para las 6:30, que tal si espero contigo ya que no hay mucha gente hoy y luego salimos desde aquí? —dije y le entregué el libro.

— Claro Rose, quédate aquí conmigo. Me aburriría mucho si te fueras.

Me quedé, nada. Sin noticias de Matthew.

Caminamos hasta el parque y nos sentamos en el borde de la fuente, ya que a las dos nos tranquiliza el ruido del agua.

Estaba apunto de dormirme cuando..

— Vamos a los columpios, Rose. Por favor acompañame, haz a esta hermosa chica feliz —me dijo haciendo puchero.

— No me queda otra que aceptar, así que vamos —salí corriendo para agarrar el columpio más lindo.

— Oyeee, no se vale! —me gritaba Ivy desde atrás.

Nos peleabamos por quién se columpiaba más alto. Fue muy gracioso, pareciamos dos niñas chicas.

Cuando nos cansamos, dejamos que el viento nos columpiara, ya que soplaba muy fuerte. Estabamos en silencio hasta que Ivy comenzó a hablar.

— Rose, sabes que puedes contarme lo que sea, verdad? Puedes confiar en mí.

— Claro Ivy, confío en tí. Y tú también puedes confíar en mí —dije confundida, ya que no sabía porque me decía eso.

— Si te pregunto algo, me prometes que no te enojarás, ni me gritarás?

— Lo prometo —hice una mueca.— Ahora lárgalo, qué me quieres preguntar?

— Hoy fuiste con otra intención a la biblioteca, verdad?

— Con otra intención? Qué dic..

— Matthew —me interrumpió.

— Ivy, por favor. Escucha lo que estas diciendo —dije con un tono de enfado.

— Eso me pareció, lo lamento.

Me sentí mal por mentirle, así que confesé.

— Cómo es que hace menos de dos meses que nos hicimos amigas y ya me conoces tanto?! —le pregunté.

Su reacción fue una sonrisa de satisfacción demasiado notoria.

— Ya, tampoco te creas —le reproché.

— Sabes que soy lo máximo —me dijo— ahora cuentame que sientes por él.

— Qué siento por él? Siento que necesito verlo, siento que quiero saber más sobre él. Cuando lo vi mi mundo tembló y mi corazón latió más fuerte que nunca. Pero cómo me siento yo al sentir esto? Como una estúpida Ivy, no puede ser que me sienta así por un chico que ni siquiera sé su apellido. Que lo vi una vez y fueron menos de cinco minutos.

— Aww, no sabía que tenías un lado tierno —me dijo— a veces es el destino, Rosie. A veces chocas con alguien el cuál te cambia la vida, y en tu caso, chocas literalmente - dijo a las risas, lo cuál me hizo reír a mí.

Recordé ese momento cuando me ayudó a levantarme con sus manos. Su piel era tan suave...

Sonó el telefono de Ivy, lo atendió y luego cortó.

— Mamá quiere que este en casa temprano para preparar la cena, además ya está oscureciendo.

— Vamos —dije levantándome.

Caminamos juntas hasta la biblioteca y nos separamos. Ya que mi casa era para un lado, y la de ella para el otro.

Iba caminando con la cabeza gacha, pensando en él mientras que observaba ese libro que saqué al azar, el cuál ni si quiera me gusta ya que es de acción. Hasta que de repente sentí un golpe muy fuerte, perdí el sentido y todo se volvió negro.

I need you, MattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora