❝Las normas han cambiado, apartir de hoy, solo un hijo por famlia exceptuando los que ya nacieron. Los niños con enfermedades mentales y biológicas deberan ser abortados, de lo contrario, los padres serán enviados a prisión y sus hijos serán ejecuta...
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Christopher llegó al avión de camino hasta Busán, su antiguo hogar, no podia aguantar más, no sabía que le diria a JeongIn, o ¿Si él lo descubría antes? ¿Cómo lo trataría? ¿Le dejaría de hablar? O mucho peor, que le suceda algo.
Fué muy irresponsable por parte de Felix y ChangBin llevarse a JeongIn sin consultarle o incluso sin previo aviso.
Era de noche, y Christopher no sabía donde se encontraban, la noche era fría, obscura y llena de nubes grises, no se observaban las estrellas, pero las únicas estrellas que quería ver Christopher, eran los preciosos ojos de JeongIn.
Al final, decidió llamar a ChangBin, talvez él sabría decirle donde se encontraban. Lluvia fuerte comenzó a caer.
Sonó el timbre.
Una.
Dos.
Tres veces.
Al cuarto timbre JeongIn contestó en el teléfono.
— ¡Hyung! —Gritó desde la otra línea.
— ¿JeongIn? Entregale el teléfono a ChangBin, por favor.
— ChangBin hyung no está —Comenta agitado.
— ¿Estás corriendo JeongIn? —Pregunta con ansiedad.
— Hyung —Esbosa agitado—. Tengo que colgar, me persiguen los hombres que se llevaron a hyung, quiero ver a mis papas antes. Cuídate Channie.
En ese momento el celular cayó al suelo y se escuchó la lluvia caer, el celular dejó de funcionar.
Christopher sabía donde se encontraban, estaba a unas cuadras, corrió con el maletín en su espalda, su sueño se repetía, pero esta vez, era la realidad.
Corrió bajo la lluvia, muchas cosas pasaban por su mente, JeongIn sólo, Felix y ChangBin atrapados, JeongIn bajo la lluvia tal vez sin suéter, JeongIn iría a ver a sus padres muertos, y lo peor es que tendría que lidiar con todo eso en un momento.
Corrió lo más que pudo, sus pies dolían, sus piernas le dolían como el demonio, pero no dejaba de correr, hasta llegar a la calle principal, enorme mar negro, caían gotas de agua, pesadas, ahí fue donde lo vió.
A su pequeño, a su bebé y vida entera, frente a la casa de sus padres, simplemente viéndola, sin moverse, pero, esa hermosa y perfecta silueta de JeongIn con el pelo mojado, su ropa pegada a su cuerpo y mirada lo más seguro pérdida.
Llegaron policías del gobierno, uno castañio, bien formado, con uniforme blanco, ligeramente celeste por la lluvia.
Llego muy silencioso, y quiso sorprender a JeongIn, pero Christopher gritó advirtiendole a JeongIn, pero éste se convirtió en un grito de dolor al sentir un shock eléctrico en su costado izquierdo.
JeongIn se volteó pero vió a Christopher contra la pared de la esquina, acorralado por un chico con cabello negro, otro de cabello castaño oscuro tomó a JeongIn arrebatandole el paraguas, tirandolo al suelo.
JeongIn lloraba pidiendo el auxilio de su hyung, Christopher gritaba para tratar de calmar a su pequeño novio, pero con esto se llevaba una descarga más fuerte que la anterior.
A ambos los llevaron a costas de golpes, insultos, llantos y maltratos psicológicos hasta el tribunal.
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