Si hubiera.. [Sasunaru]

22: Paz

La guerra había terminado cuando derrotaron a Kaguya..

Las aldeas ahora estaban en paz, Konan y Nagato regresaron a Amegakure, mientras que el equipo de Sasuke se fue con Orochimaru.

Los únicos que estaban en el barrio Uchiha eran Itachi y Deidar, junto a Naruto, Sasuke y sus hijos.

Habían resultado heridos en la pelea con Kaguya, pero Tsunade había hecho dos prótesis para ellos, así que no importo mucho perder un brazo..

Sasuke estaba recostado durmiendo en su cómoda cama, sin percatarse que dos cabecitas azabache habían entrado a la habitación.

-¡Tou-Sama!. —Gritaron los dos pequeños, al unísono, mientras se subían en Sasuke sacándole un poco el aire.

-Cinco minutos más.. —Murmuró Sasuke, tomando a sus hijos y acostando los a su lado.

-Kaa-sama no está. —Le dijo Obito haciendo un puchero y al escucharlo Sasuke se desperto inmediatamente.

-Dejó esta nota. —Le dijo Mikoto, entregándole un papel.

Sasuke abrió la nota y está decía que salió temprano ya que la hermana de Hinata había sido secuestrada..

Todo estaría bien si no hubiera leído ese maldito nombre, él sabía lo que la peliazul sentía hacía su rubio y aunque Naruto fuera doncel no podía dejar de sentir celos.

-¿Quieren desayunar ramen?. —Les dijo Sasuke, recibiendo un ¡Si! De sus hijos.

Los pequeños salieron corriendo a cambiarse dejando a Sasuke solo.

Una vez listos los tres, fueron caminando hasta Ichiraku..

-Obi-kun, Miko-chan—Les saludo Ayame con una sonrisa.

-Hola. —Les dijeron los niños al unísono, con una sonrisa.

-Tres miso ramen de lomo de cerdo grandes con Naruto—Dijo Sasuke sentándose en el banco del restaurante, junto a sus hijos.

-El de nosotros con salsa de tomate porfavor. —Le dijo Mikoto a Teuchi, haciendo sonreír al mayor.

-Hice ese ramen cuando Naruto estaba embarazado, no me sorprende que a ustedes dos les encante—Les dijo Teuchi soltando una carcajada.

Mientras comían escucharon uno que otro grito desde afuera, Sasuke les encargo a sus hijos a Ayame y salió del local, notando que todo estaba obscuro, lo cual era extraño ya que era de mañana.

Pudo ver como un meteorito se acercaba a la aldea así que tomó su espada y uso un jutsu de rayo para partir lo en pedazos, deteniendo su dirección.

Volvió al establecimiento y sus pequeños seguían comiendo como si nada..

Al terminar de comer agradecieron y pagaron.

-Gracias. —Dijeron los tres azabache despidiéndose para salir del local.