Capítulo 5

667 92 28
                                    

Lo tomó de los muslos desnudos, los dedos se hundieron en su suave piel, su cabeza se colo en su costado y lo alzó como si pesará menos que una pluma para después dejarlo caer en la cama. Rápidamente se colo entre sus piernas. Hyukjae apenas estaba procesando lo que sucedía cuando un par de manos apretaron su pequeño y apretado culo, los labios hambrientos se pisaron sobre los suyos saboreandolos con ganas. Sintió la masculinidad ajena presionar contra su entrepierna y una sensación de inquietud lo invadió.

Se removió en su lugar, lo tomó por los hombros y sus manos se recorrieron por los grandes bíceps que le hicieron soltar un jadeo, los músculos estaban tan bien tonificados, hundió los dedos en la piel suave disfrutando del tacto. Los labios ajenos bajaron por su cuello, la lengua húmeda saboreo su piel a la vez que el solo jadeaba por la sensación.

Las grandes manos fueron a su cintura, pasearon hasta subir a su pecho donde tomó uno de sus pezones con los dos dedos, apretando con fuerza y haciéndolo gemir. Jamás lo habían tocado así o ahí, siempre era el quien los tocaba, los acariciaba pero en esa ocasión estaba quieto dejando hacer, disfrutando de la húmeda y cálida boca lamiendo sus pezones, chupandolos y hundiendo los dientes en la delicada piel, no se había dado cuenta de los sensibles que eran.

Dejo de torturar esa parte del cuerpo para continuar bajando, la nariz recta se deslizo por el surco formado por sus abdominales, apenas visibles y marcados. Lo mordio de forma juguetona en el abdomen sacándole una sonrisa por las cosquillas, le alzó las piernas hasta que su culo estuvo en el aire y sus muslos en sus hombros. Un par de dedos ásperos se colaron en la cinturilla de sus calzoncillos bajándolos de un solo movimiento, sus glúteos cayeron a la cama mientras Donghae terminaba de desnudarlo.

—Realmente eres muy hermoso.—La voz ronca le dio escalofríos, el rostro entre sus muslos le sonreía divertido antes de lamerle la piel sin apartar la vista. Volvió a colocar sus piernas en sus hombros y escalo hasta estar a su altura, Donghae deslizó sus dedos por los labios gruesos una y otra vez en círculos hasta que Hyukjae los separo, entonces los hundió dentro de su boca haciendo que los chupara, el más alto veía la mandíbula afilada moverse con fuerza atratando de hacer un muy buen trabajo. Con el pulgar y el anular presiono las mejillas. Sacó ambos dedos y los llevó hasta la sus glúteos, palmeo la entrada y los hundió dentro de él.

Por primera vez en su vida tenía "algo" ahí dentro. No sabía si quería cerrar o abrir las piernas, se sentía acalorado como si el aire a su alrededor de pronto se volviera demasiado caliente. Apretó las sabanas en sus puños mientras trataba de acostumbrarse a la sensación de ser invadido de esa forma. Sentía como sus paredes internas se estorban y dolían un poco, respiraba con dificultad sin saber que hacer.

Los dedos empezaron a moverse dentro de él, al principio solo se abrían y cerraban pero después empezaron a simular una embestida, entrando y saliendo tan lento y profundo. Encajo los talones en los hombros de Donghae, cerró los ojos con fuerza mientras movia los dedos de los pies al sentir el placer partir desde ese punto, cosquillear en su abdomen y sacudir su cuerpo, quería y necesitaba más. Movió las caderas sin darse cuenta, trato de atraer al hombre con sus piernas, de acercarlo más pero solo logró que sacaran los dedos de su interior en un movimiento rápido que lo hizo sentir vacío.

—No...—Murmura a la vez que se apoya en los codos para alzarse un poco, el largo cabello negro cae por el rostro de Hyukjae de forma desordenada, cubriéndole los ojos y parte de las mejillas sonrosadas.

Donghae se incorpora, coloca una mano en su pecho y lo vuelve a recostar en la cama, el moreno siente una mano en su pene que comienza a masturbarlo. Mueve los tobillos, cierra los ojos con fuerza, los labios hinchados y rojos están abiertos en una enorme "O" mientras la mano áspera lo lleva al borde del cielo, el pulgar acaricia la punta y le sacude el cuerpo al borde. Entonces lo suelta, quita la mano, toma los muslos se inclina, Hyukjae apenas y siente el pene en su entrada antes de que sea penetrado en una sola estocada.

Las lagrimas caen por sus mejillas, duele, duele demasiado. Esta a punto de pedirle que salga cuando Donghae lo besa, el boxeador domina su boca, una de sus manos lo toma de la mejilla, los dedos presiona su cuello y siente la presión para que se quede quieto. La lengua húmeda recorre su cuerpo, el trata de seguir el ritmo pero rápidamente se deja hacer, la salida de ambos cae por su mejilla hasta el cuello, hunde las uñas en la amplia y musculosa espalda cuando el otro entra en él por completo. El jadeo se ahoga en los labios ajenos.

Se aleja y le alza el culo, empuja sus piernas al pecho ajeno mientras el castaño se cierne sobre el. Los ojos de este están brillantes en medio de la penumbra, solo son iluminados por la lámpara del escritorio que se quedó encendida. Donghae le besa con mayor delicadeza, después hunde el rostro en su cuello y oye su respiración.

—Seré el mejor amante que has tenido y serás mío, no por una noche sino en todas.—La voz ronca le cosquillea, entonces siente como se mueve un poco dentro de él. Entonces sabe lo que sus amantes han sentido y porque ruegan así, esa noche fue su turno. El boxeador de treinta y cinco años llamado Lee Donghae lo embistió esa noche de forma descarada e indecorosa, golpeo su próstata tantas veces que lo hizo ver estrellas, que su vista se nubló mientras explotaba en un orgasmo y que gimió con una escandalosa voz aguda en medio del segundo orgasmo seco. Le rogó una y mil veces que fuera más rápido, que lo partiera a la mitad y otras cosas que no quería recordar. De lo último que fue consciente, es de la oscuridad después del cuarto orgasmo y el dolor en su cuerpo.

Apuesto el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora