—No me responde el teléfono, tiene el descaro de ignorarme.—Hyoyeon masculla por lo bajo. Sus pies golpean con fuerza el suelo del corredor mientras avanza enfurecida y desesperada. Están prácticamente en la ruina con un en un juicio, todo porque su contador hizo un desastre y se fue con el dinero.
Sabía que Hyukjae había estado con el boxeador y que tal vez estuvieron juntos, pero eran las dos de la tarde. No podía ignorar los problemas y a ella de esa forma. Se detuvo frente a la puerta de su departamento, alzó el puño y golpeo con fuerza, sacando su molestia en la pobre madera oscura, después de su arrebato y desahogo recordó que había un timbre.
Respiro profundo y lo presiono un par de veces pero seguían sin abrir. Entonces la molestia se esfumó y la preocupación se apoderó de su persona ¿Y si le sucedió algo? Después de todo la situación en la que se encontraban era tan desoladora que podía volverse asfixiante, además de que ella le pidió que se acostara con Lee para ver si conseguían algo ¿Y si Hyukjae cometió una locura?
Se olvidó de la amabilidad y tecleo la contraseña casi con desesperación, entró al departamento sintiendo el miedo crecer, cada pensamiento se volvía más aterrador que el anterior. La ansiedad y el pánico se apoderó de su ser. Camino torpemente por el lugar, la sala estaba vacía y la cocina desértica, olía a arena y sal, un bulto húmedo de ropa estaba desde el pasillo, pasando por la sala y se perdía en la habitación.
—¡Hyukjae!—Grita desesperada mientras da vueltas en el mismo lugar —Irse a la quiebra es horrible pero no es la solución. Tienes una maravillosa vida por delante, tal vez nos encarcelan por un desfalco que cometió nuestro contador pero...—Se dirigía en dirección al dormitorio cuando la puerta del baño se abrió y alguien salió de esta, junto frente a ella —Oh...No pensé que aun tuviera visitas—Hyoyeon quiere darse una palmada en la frente, debió haber pensado que su amigo y socio aun estaría con su cita.
—¿Estas bien?—Pregunta el chico de cabello castaño, el cabello esta húmedo y huele al shampoo de Hyukjae, trae puestas una de sus pijamas que le queda a la medida, quizá un poco ajustada.
—Sí, yo...creí que estaría solo...—Se siente nerviosa, por lo que comienza a preguntarse en su mente si en su pequeña crisis no mencionó el plan respecto a Donghae. No lo hizo ¿Cierto?
—Esta durmiendo, fue una noche y mañana agotadora.— Explicó con una suave sonrisa en sus labios, las mejillas se tiñen de un rosa que lo hace lucir adorable. No parecía la persona de anoche, aquel hombre de casi setenta kilos en músculo que golpeo y noqueó a otro en poco tiempo.
—Entiendo —Asintió a la vez que sentía su propio rostro calentarse. Dio un par de pasos hacia atrás, paso los dedos por su cabello, asintió sin pensar.
—Leí tus mensajes, no fue mi intención pero el celular de Hyukjae vibraba como loco. Lo tome para dejarlo en la sala, fuera de la habitación.—La voz de Donghae se escuchaba llena de pena, la chica se giro para verlo removerse en su lugar, pasar una mano por el cuello como si eso ayudara. —Además de todo lo que dijiste ahora —Agrega casi en un susurro.
Hyo por un momento creyó que lo sabía, el descabellado plan y como querían sacarle dinero pero se calmo cuando lo miro, tan apenado por leer mensajes ajenos. Aparte de que la anoche anterior ni siquiera lo recordaba, sólo maldijo al contador por tres horas, después a Lee Sora, luego se sintió mal por lo último y le pidió perdón a Hyukjae por pensar mal de su hermana, después se lamento de su miseria. Esos debió de haber leído Donghae.
—Perdón. No le digas nada a Hyukjae —Dice mientras se tambalea en su lugar —Respecto a que lo sabes, el te... bueno él —Se cubre el rostro sin saber que decir. Estar de pie frente a un desconocido mientras piensa en cosas muy malas, todo lo que sucede sigue dando vueltas y vueltas en su cabeza. Los pensamientos no se van y no logra pensar con claridad.
—¿Cuanto dinero necesitan?— Pregunta Donghae, se escucha preocupado, pareciera que realmente le importa. Hyukjae le importa.
—¿Conoces algún banco que nos haga un préstamo grande? Hay unas propiedades que pueden servir...—Hyoyeon no quiere ilusionarse así que no lo dirá. Habían pensado en un banco anteriormente pero ninguno les daría un préstamo, perdería más el banco si iban a juicio, algo que quizá pasaría.
—No...—El castaño camina hasta ella y le sonríe, con sinceridad y compasión. La hace sentir un nudo en el estómago, en la garganta y como si se entumeciera. —No le digas a Hyukjae ¿De acuerdo? Apenas estamos empezando así que no quiero que se sienta atado por el préstamo.—La sonrisa se amplia y el corazón de Hyoyeon se apachurra, es eso o un infarto.
Donghae camina por el departamento como si lo conociera, toma de la mesilla donde descansa el teléfono, una pluma y un post-it, escribe una dirección para después entregársela en sus manos.
—No puedo...
—Claro que si, te esperare mañana. No importa cuando tarden en pagarme, se que lo harán.—La acompaña a la puerta y la despide, ella se queda estupefacta con el papel entre sus dedos y la incredulidad en su rostro. Había conseguido el dinero, aún no pero ya casi. Extrañamente no se sentía bien, pero no podía darse el lujo de rechazarlo. Lo que sí haría era seguir el concejo de Donghae y no decirle a Hyuk, le haría creer que alguien más le presto el dinero o lo que sea.
El castaño tenía razón, podría sentirse atrapado en lo que sea que tuvieran si había una deuda monetaria entre ellos, especialmente así de grande. Hyukjae podría ser feliz con un pequeño secreto, ambos se ocultarían un pequeño secreto. Pero todas las parejas lo hacían ¿No?
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Apuesto el Corazón
Hayran KurguHyukjae es un hombre serio al cual le gusta manejar sus citas a discreción, especialmente por la poca aceptación hacia las relaciones homosexuales. Pero un error en las finanzas y despilfarro exagerado lo lleva al borde de la quiebra y hay una luz a...