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C A P I T U L O 32

C a p i t u l o 32 "Cerveza y Whisky" 

Maratón 2/3

Con un gran suspiro, ingreso al gran edificio y lo primero que veo, es a Patrick con los brazos abiertos en mi dirección.

— ¡Bienvenida! — exclama emocionado y cómo puedo, río por su recibimiento aceptando su abrazo

— Isabella, es un gusto tenerte con nosotros nuevamente — Lauren se acerca y sorpresivamente, también me regala un abrazo

— Muchas gracias, Lauren. Lamento mucho mi ausencia, prometo que no volverá a suceder — informo a mi jefa

— No te preocupes, Isabella, al contrario, me alegra que te hayas tomado este tiempo para cuidar de tu salud — me sonríe sincera — Pero así mismo, confío en que tu regreso signifique todo tu esfuerzo

— Y así será, no lo dudes

Después de una mínima charla, la dueña de la empresa se retira a su oficina y junto con Patrick, ambos nos dirigimos a la mía.

Cuando entro, una vez más las emociones me invaden, pues en mi espacio hay arreglos florales y globos con frases positivas; las personas que integran mi equipo de trabajo se encuentra aquí también y cuando me ven, me llenan de abrazos y besos en las mejillas.

— Pero si solo estaba en mi departamento, no vengo de rehabilitación — hago un intento por bromear, sintiéndome repentinamente, de un mejor humor — Espero que Patrick haya sido bueno con ustedes

— Lo fue, pero te preferimos a ti — dice Ally, una de mis compañeras de trabajo — Patrick es demasiado relajado y tú nos metes presión, es mejor eso

— Recuérdenme no volver a regalarles chocolates y otros incentivos — se queja el antes mencionado y todos reímos

A continuación, me coloco detrás de mi escritorio y enciendo el ordenador.

Cundo estoy preparada, con otro suspiro, les pido que me pongan al corriente de cómo van los preparativos de la boda.

Estoy temerosa de lo que pueda suceder cuando Harry se entere que he regresado y he venido directo a dirigir nuevamente este proyecto; probablemente pida que me haga para atrás y me olvide de todo este asunto, al fin y al cabo, Patrick ha logrado hacerlo increíble sin mi ayuda, así que puede ser que ya no sea necesaria mi intervención.

Aun así, este es mi trabajo y pienso aferrarme a ello. Si decide no invitarme a su boda tendré que aceptarlo y vivir con ello, pero al menos y aunque sea un tanto masoquista, mi corazón tiene la necesidad de continuar con la planeación y así lograr que él y Paige tengan el mejor día de sus vidas.

El lugar, las invitaciones, el acomodo de los invitados, los arreglos florales, el inmobiliario, el menú, los músicos que ambientarán la celebración y la persona que oficiará la boda, están eliminados de nuestra lista de pendientes.

Por lo que ahora solo quedaba ver la distribución que daríamos a la hacienda donde se llevaría a cabo la boda, para que así, se pueda oficiar la ceremonia y después, la celebración de su matrimonio en el mismo lugar. La hacienda era bastante grande para poder llevar a cabo ambas situaciones. De igual manera, era necesario seguir viendo el tema de la decoración.

Teniendo en mente lo que en un inicio se propuso, cuando todos se retiran de mi oficina, me dedico a buscar ideas que me sirvan de inspiración y complemento una con otra para lograr ese resultado vintage que queremos.

De un momento a otro, la inspiración guardada durante todas estas semanas de ausencia llega a mí y con rapidez logro llevar a cabo mi trabajo de manera eficiente, así que no tengo problema en llenar las hojas de mi pequeña agenda con las anotaciones correspondientes.