E X T R A 3

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E X T R A 3

Los labios de Harry chocan con los míos y con pasos torpes, los dos caemos en mi cama, aun así, él se asegura de que no golpee mi cuerpo por el impacto.

La lluvia afuera está cayendo a pesar de que hay sol, ocasionando que los rayos del sol sean más dorados y el ambiente se vuelva húmedo.

Las puertas del balcón de mi departamento están abiertas y agradezco estar hasta un sexto piso donde nadie puede ver el espectáculo que mi mejor amigo y yo estamos dando, pues, sinceramente, no me encuentro con las ganas de ponerme de pie para cerrarlas y darnos más privacidad.

Oh! Darling de The Beatles está sonando al fondo y agradezco internamente el momento en el que decidí poner mi playlist favorita.

Los labios de Harry recorren mi cuello dejando suaves besos húmedos y con lentos movimientos comienzo a desabotonar su camisa blanca y cuando lo consigo, no dudo en pasar mis manos por su pecho y abdomen bien trabajados.

Sus maletas se encuentran en la entrada debido a que ni siquiera le di el tiempo para desempacar.

Habían sido algunos meses largos sin él, sin su contacto.

Lo añoraba de todas las maneras posibles.

El ojiverde se deshace de mi vestido y sin pensarlo dos veces, me sienta sobre sus piernas y pasa sus manos por todo mi cuerpo. Con movimientos ágiles se deshace de mi sostén y su lengua impacta con mis pechos, deteniéndose ahí por un momento para besarlos con suavidad.

Los suspiros pesados no tardan en salir de mis labios y cuando llevo mi mano al bulto que hay bajo sus pantalones, el chico gime una y otra vez cuando comienzo a masajearlo.

Después de algunos minutos, Harry se encuentra completamente desnudo al igual que yo y con nuestras pieles húmedas debido a la fina capa de sudor que esto nos ha ocasionado, toma su miembro entre su mano y cuidando de mí, se introduce en mi intimidad con una lentitud exquisita.

Nos movemos con una gran sincronía, como si hubiéramos estado ensayando todo este tiempo para al final, en este momento, hacer cada cosa de la manera correcta.

Paso mis labios por su perfecta mandíbula y mientras beso y chupo la zona, las manos de Harry aprietan mi trasero intentando acercarme aún más.

Los movimientos se vuelven un poco más rápidos y aunque no cambiamos de posición, me siento cómoda de esta manera.

Desde mi lugar observo al chico en el que estoy sentada y ya que su espalda está recargada sobre la pared, nuestros pechos chocan y el roce de su piel hace que mis pezones se ericen y pronto él tome uno de ellos con su boca; lo lame, lo succiona y deja un pequeño mordisco en la zona.

Cuando se separa, alza su cabeza y con aquella sonrisa coqueta que me vuelve loca, me mira con atención mientras yo no dejo de moverme sobre él manteniendo los labios entre abiertos.

El ambiente está cargado de un aroma que pienso nunca olvidar, pues su perfume, el sexo y el olor que desprenden las rosas que me ha traído inundan mi departamento. Igualmente, en el piso solo se escucha la música en volumen bajo, nuestros gemidos acompañados de fuertes respiraciones, nuestras intimidades chocando con suavidad y la lluvia cayendo al fondo.

No sé qué había en Harry Styles que me hacía creer que cada encuentro era más erótico que el anterior.

Con el tacto perfecto, se encargan de acariciar cada una de las zonas de mi piel.

Harry tiene capturado entre sus dientes su labio inferior, algunas gotas de sudor adornan su frente y su ceño fruncido demuestra lo concentrado que se encuentra. Sus pupilas están dilatas, su mandíbula se encuentra tensa y las venas en su cuello comienzan a marcarse conforme pasan los minutos. Los rulos de su cabello están desordenados y me tomo el tiempo de peinarlo pasando una mano por ellos.

El tatuaje de golondrinas está húmedo al igual que la mariposa que adorna su abdomen. Los anillos que decoran sus elegantes y expertos dedos se encajan en mi piel y estoy segura de que dejaran marcas, pero no me importa.

A su vez, el chico no deja de decir unas cuantas frases excitantes sobre mi oído provocando que sea más pronto el momento en el que llego al clímax gritando el nombre de mi mejor amigo.

Unas cuantas estocadas más y Harry consigue su propia liberación.

Sin separarnos ambos intentamos regular nuestras respiraciones y con nuestras frentes unidas, deposita un suave beso en la punta de mi nariz y me regala una sonrisa tierna.

— ¡Vaya! Esta es la mejor bienvenida que me han dado — dice con voz agitada y yo me río con él — ¡Te amo, España!

— Eres un idiota — le doy un pequeño golpe en el pecho y aun sintiendo que mi pecho sube y baja con velocidad mediana debido a la agitación pasada, escondo mi rostro en su cuello y dejo unos cuantos besos en esa zona mientras él deja caricias en mi espalda

— Si sigues así harás que me vuelva a poner duro — me advierte

— ¿Y eso es malo?

— Es malo sí lo que quieres es descansar

— Ya tendremos tiempo para descansar — murmuro ahora sobre sus labios y dejando atrás toda la ternura pasada, ahora nuestros labios se mueven con salvajismo

— Entonces sí habrá una segunda vez, al menos déjame ir a buscar los condones en la maleta — muerde mi labio inferior — Por cierto, no usamos protección

— Lo sé — murmuro con pesar y paso mi lengua por mis labios conforme siento que sus grandes manos ahuecan mis pechos y los acaricia — Compraré la píldora del día siguiente

— Me parece bien, pero no hay que usarla demasiadas veces, te puede hacer daño — responde — ¿Te parece si buscamos otro método? — besa mis clavículas

— Iré con una ginecóloga para que me recomiende el mejor método

— Te acompañaré ¿está bien?

— Perfecto — dejo un casto beso sobre sus labios — Anda, ve por los condones

— Lo que tú me pidas, amor

Harry se pone de pie y desde la habitación escucho como maldice en repetidas ocasiones. Parece que tiene problemas para encontrar lo que busca.

— ¡Aquí están! — grita emocionado y cuando vuelve a mi lado me toma entre sus brazos y enredo mis piernas alrededor de su cintura

— ¿A dónde nos llevas? — le pregunto con la ceja alzada cuando noto que nos comenzamos a mover

Pronto, con suavidad Harry deja mi espalda recargada en una pared que está junto a las puertas del balcón y lo miro divertida mientras busca la manera de colocarse el condón.

— ¿Aquí? Casi nos llevas al aire libre — me burlo al notar que estamos a nada de estar expuestos al público

— Eso es lo excitante, ángel — ríe coqueto y de un solo movimiento, sintiéndose duro, vuelve a adentrarse en mi interior — Ya no seré tierno, cariño ¿de acuerdo?

— De acuerdo — gimo

Y el chico cumple su palabra.

.....

¡Un extra más y un poco diferente a los otros!

Ya sólo nos quedan dos más para finalizar por completo Your Type.

Te agradecería si me ayudas con tu voto y tú comentario
TPWK

YOUR TYPE | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora