YOUR TYPE | H.S.

E X T R A 2

E X T R A 2

Con mi equipaje en mano y yendo detrás de mis padres, conseguimos llegar hasta la casa de Anne y su familia; ahí, en el jardín, observamos como mi mejor amigo y su padrastro colocan algunas maletas en la cajuela del automóvil al que tantas veces nos hemos subido.

Cuando Harry me observa desde la distancia, no duda en acercarse y después de saludar a mis padres, se dirige en mi dirección, toma mi equipaje y deja un sonoro beso en mi mejilla.

— ¿Estás lista? — pregunta con una enorme sonrisa en el rostro

— Estoy demasiado nerviosa — admito con una risa saliendo de mis labios

— La universidad será lo mejor que nos podrá pasar, Isa — afirma — Ven, vamos a guardar tu equipaje — nuevamente se encamina al automóvil de Robin — Aún tenemos una hora libre antes de marcharnos ¿te parece bien sí compramos algo de comida para llevar durante el camino? Son tres horas — me recuerda

— Me parece bien, traigo conmigo un poco de dinero, sólo saludo a tu familia

Me alejo de mi mejor amigo y me detengo a saludar a Robin, quien me recibe amoroso y atento, mostrándose como una segunda figura paterna para mí. Minutos después, me adentro en la casa de mis mejores amigos y después saludar a Anne, hago lo mismo con Gemma, quien decide acompañarnos a comprar algo de comida.

No nos complicamos la vida y sugerimos ir al restaurant de Chloe, una de nuestras vecinas y que, justamente, se ubica al lado del hogar de mis mejores amigos; ahí, compramos dos hamburguesas de pollo, dos sodas, una botella grande de agua y papas fritas.

Con el tiempo restante, nos sentamos en las escaleras de la entrada y los tres nos sumergimos en una divertida conversación donde Gemma no para en molestarnos acerca de nuestra futura vida universitaria, pero así mismo, durante un momento se pone seria y se ocupa de darnos algunos consejos que le han ayudado a ella, ya que actualmente, está cursando su tercer año en la universidad.

Mi padre sale de la casa acompañado de Robin y nos anuncian que esta es la mejor hora para marcharnos sí es que aun queremos llegar a Londres cuando el sol siga iluminando la ciudad.

Nos ponemos de pie y se viene la parte más difícil: las despedidas.

Entre besos, abrazos y palabras llenas de amor, nostalgia y buenos deseos, nos despedimos de nuestras familias. Es importante decir que Anne y mi madre están bañadas en lágrimas.

Harry me abre la puerta del copiloto y después él sube y se sitúa detrás del volante.

— Harry, hijo, cuida el automóvil, por favor — Robin le dice desde su lugar

— Descuida, prometo no chocarlo — responde el ojiverde

— Ni subir a distintas chicas ¿me oíste, Harry? — Anne le advierte

— ¿Por qué dices eso? — Harry le pregunta fastidiado, pero pronto parece alarmado — ¿Qué me conoces? — pregunta de manera rápida — Lo que sea que hayas escuchado acerca de Susan, es mentira

— Claro — susurro a su lado y ruedo los ojos cuando mi mejor amigo me dedica una mirada amenazadora

— No sé nada — dice muy sutil su madre — ¿Hay algo que deba saber antes de tu partida, hijo? — alza la ceja y se cruza de brazos

— ¡Ya nos vamos! — responde el chico a mi lado cambiando completamente de tema mientras que Gemma ríe divertida desde la puerta de la entrada de la casa

— ¡Isabella! ¡Por favor come bien! — grita mi madre conforme Harry va prendiendo el automóvil

— Y nada de probar drogas o estar rodeada de chicos — mi padre se une a las advertencias