Capítulo 19.

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Cómo era posible que el alma doliera tanto, y el corazón, por primera vez, se sintiera hueco y sombrío. Las ganas de vivir, faltaban y mi alma me suplicaba acabar con este suplicio.

Jamás imaginé, qué amar de verdad, doliera tanto, un karma qué habría de pagar.

Su sonrisa, sus besos y caricias, mirar sus ojos brillosos, repletos de amor y sueños, sus abrazos cálidos que te volvían a la vida, y sacaban cualquier dolor que mi alma tuviera, era lo que ahora mismo necesitaba.

Pero ella, ella ya no estaba aquí.

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Tocaron la puerta de la habitación, ánimo alguno para poder entablar una palabra o conversación no había en mí, realmente no había nada, un muerto en vida.

—Oye, qué te sucede, tenemos cosas qué hacer.

Era Duff, me sorprendió el como lucía, tan fresco, cómo si nada hubiese sucedido, luego de haberme molido a golpes ayer, pretendiendo parecer que se preocupa por mí.

No respondí, mi miraba sombría, perdida y hueca se dirigía únicamente al techo de aquella habitación.

—Te estoy hablando inútil, te ves terrible.

Suspiré.

—¿Puedes dejarme en paz, por favor?

El vacío en mi alma me condena incluso a pedir las cosas de favor; la vida se había convertido en un suplicio.

—No, no puedo dejarte en paz, Axl mírate, apestas.

Lo miré.

—¿Por qué actúas como si nada hubiese pasado? ¿Creés que estoy bien? ¡MALDITA SEA, ME ESTOY MURIENDO SIN ELLA! y si no te importa ¡LÁRGATE Y DEJAME EN PAZ MALDITO IMBÉCIL!

Me observó confundido y frunció el ceño.

—¿Sin quién exactamente?

Mi mirada se centró en él, la confusión me invadía, y el odio hacia él incrementaba.

—¿Qué? ¿Cómo puedes preguntar eso? A quién más me podré referir inútil —mi voz se quebró, suspiré tratando de tranquilizarme— a mi ___...

Respondí con dolor, un dolor que me hacía arder la garganta al solo tratar de pronunciar su voz. Las lágrimas cayeron por mis mejillas, me ardían los ojos, mi cuerpo me pasaba, mi vida me pesaba, no podía parar.

Abracé la playera que era de ella, mi llanto desgarrador, se llevaba consigo el bienestar de mi garganta.

Me dolían los pedazos de alma que me quedaban, me dolía el no tenerla más.

Luego su pregunta me dejó helado, todo se detuvo en mí, todo se detuvo a mi al rededor.

—¿Quién es ___?

Lo miré, su mirada representaba la lástima que sentía en estos momentos por mí, representaba la confusión que sentía al no poder entender nada de lo que estaba diciendo. En cambio la mía, estaba perdida, fija en él, sombría y temerosa a lo que él había dicho, lo miré sin pronunciar palabra alguna, el llanto se había controlado, ahora las lágrimas eran silenciosas y caían por su cuenta.

—Axl, en verdad nos preocupas, pero no te entiendo, ¿quién es ___?

Me quebré, aún así creí que no podía quebrarme aún más, pasó.

Ya no quedaba nada en mí, de Axl Rose, mi ego, mi orgullo, mis ganas de vivir, de todo, se habían ido ya. Lo poco que me quedaba lo había perdido hoy; y mi alma, mi vida y lo que pude haber llegado a amar, se había perdido ya, se habían ido con ella.

Pero, ¿quién era ella?







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Épocas Diferentes. (Axl Rose Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora