Capítulo 21
La profesora MacGonnagal observaba a unos elfos terminar de limpiar los restos de un almuerzo bastante alborotado en el amplio comedor de la escuela Hogwarts. No era normal que, a esta altura del verano, ella tenga que estar renegando con niños, y más que nada niños tan pequeños. Los hijos de Molly Weasley, su antigua alumna, eran unos diablillos, en especial, los gemelos Fred y George. Los mayores, en cambio, eran una dulzura... se notaba de lejos que todos los varones Weasley, eran muy inteligentes. Aunque si debía ser honesta, el pequeño de apenas un año no parecía tener todas las luces de talento prendidas como sus hermanos. Si a eso se le unían el bebé Potter y las chicas del futuro, el comedor se había convertido en un lugar donde el común denominador era la risa. De pronto sus ojos se aguaron. Hacía mucho tiempo que no escuchaba tantas risas. De un tiempo a esta parte, el temor y el horror de los jóvenes estudiantes en el colegio, le habían ganado a la alegría. James Potter y sus amigos, fueron los últimos vestigios de alegría escolar. Después de ellos, el dolor y la tragedia, se habían mudado a los rostros de cada estudiante, porque de alguna u otra forma, las familias a las que pertenecían sufrían las consecuencias de un loco... un loco, siniestro con aires de dios, que estaba sembrando el terror. Por cada estudiante de Hogwarts, había un familiar muerto, si no era el padre, era la madre... o un tío o un primo... y esos eran los que corrían con suerte. También había familias enteras, que habían caído bajo el yugo asesino de "el que no debe ser nombrado". Ella nunca lo había conocido, cuando ella entró a estudiar a Hogwarts, hacía dos años que Riddle se había marchado. Afortunadamente no había interactuado con él. Dentro de unos días tendría que irse a Escocia, a su casa paterna... seguramente Elphistone Urqhart, su amigo y ex jefe del Departamento de seguridad Mágica, iría a visitarla. El ministerio era un hervidero, muchos estaban desapareciendo, o muriendo en circunstancias sospechosas. Minerva, que era parte de la Orden del fénix, y Elphistone, que era viejo y sabio, sabían que quien era el causante de esas muertes... del terror. Agradecía Suspiró, mientras observaba al profesor Dumbledore acercarse. El profesor, ya no sonreía ni parecía jovial. Ella bien sabía que estaba haciendo hasta lo impensado, a pesar de su edad, por desterrar a "el que no debe ser nombrado." Sonrió cuando su director, y amigo, se detuvo a su lado a contemplar el paisaje que se vislumbraba desde la puerta de entrada. El puente, majestuoso dejaba mostrar un cielo diáfano. Era un día de verano, cálido, con el sol sobre el cielo radiante. Minerva, se dio cuenta que los elfos habían desaparecido sin que se diera cuenta.
- Esplendido día profesora... - dijo Dumbledore sin mirarla.
- Así es director. – dijo ella y suspiró – me pregunto cuánto más tendremos buen tiempo...
- No tengo la posibilidad de saber si va a llover o no pronto...
- No me refiero a si va a llover o continuaremos con días de sol... - dijo frunciendo los labios - estoy pensando cuándo esta quietud va a romperse, con la violencia y la muerte.
- Lamentablemente, eso tampoco puedo predecirlo... - suspiró. Luego observó hacia dentro del castillo – nuestro colegio está tan quieto y callado... - sonrió – a pesar de los años, prefiero mil veces escuchar el murmullo y las risas de los estudiantes a esta quietud... - Minerva resopló.
- Bueno, si usted hubiera bajado diez minutos antes, hubiera disfrutado de los murmullos y risas de todos los niños Weasley, en especial esos dos pillos... los gemelos – frunció la boca mostrando disgusto – Merlín sabe lo que tendremos que vivir con esos dos cuando tengan la edad suficiente para entrar a Hogwarts. – Dumbledore sonrió divertido.
- Puedo vaticinar que Fred y George Weasley, van a destacarse de aquí a un futuro no muy lejano. - el sonido de risas que bajaban desde las escaleras los hizo darse vuelta. Lili, Hermione y Ginny se acercaban hacia los profesores. Hermione al verlos como siempre, suspiró con placer. Ginny blanqueó los ojos, pensando que esos cuatro, porque seguramente ella y Lili, comenzarían a hablar de hechizos, pociones, leyes, o de datos históricos... y ella se aburriría considerablemente. Se unieron a los dos mayores, y saludándolos efusivamente.
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Lo que no fui
FanfictionNada es igual.Los amigos se separan,el amor se pierde y lo que fue alegría, hoy es infelicidad.Hasta que el mundo está nuevamente en peligro y deberán unirse para evitarlo. qué hacer cuando se pone en la balanza lo que se debe hacer contra lo que se...